El caso es que ya hay casi un billón en cuentas corrientes a la vista y depósitos bancarios. En diciembre de 2022 empezó una bajada en la acumulación (esto puede ser trasvase a ladrillo), pero la tendencia clara es acumular dinero en cuentas corrientes o depósitos al 3%. Así que o la gente está comprando con hipoteca o están comprando inversores y extranjeros. El primer gráfico muestra que no es hasta julio de 2023 cuando la gente saca más dinero de depósitos (con inclusión de depósitos a la vista) del que mete. El segundo muestra que la curva empieza a bajar en torno a diciembre de 2022.
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Estos gráficos no correlacionan además bien con los datos de transacciones ni con los precios:
Transacciones
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En 2022 tenemos unas 720 mil transacciones, o sea, menos que en 2007, pero se alcanza un récord absoluto en depósitos.
En 2023 tenemos 637 mil transacciones, que son casi números de 2019.
La única explicación global de todos estos datos es que el stock de viviendas se ha ido absorbiendo desde el 2007 y no se está reponiendo, así que estamos ahora en una situación en la que, pese a que las transacciones son considerablemente inferiores a las de los años 2005-2007, se está consiguiendo una subida de precios porque el stock es considerablemente inferior (se vende menos, pero al precio que fija el vendedor). No se puede decir en absoluto que haya una euforia compradora analizando el número de transacciones publicado. Parece más bien que están comprando unos pocos o se está comprando lo poco que hay disponible o se está comprando en determinados lugares y que la oferta es ahora la que controla los precios al haber escasez de activos.
En cuanto a la subida casi en vertical de los depósitos desde 2014, esto parece correlacionar bien con los datos de paro:
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Empieza a bajar el paro y empiezan a aumentar los depósitos, aunque también van aumentando año a año ligeramente las transacciones.