Harry Oldmeadow: Los falsos profetas del modernismo. Parte 1: la crisis de la modernidad

Sapere_Aude

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Empiezo esta serie de hilos en los que traduciré una conferencia del profesor Harry Oldmeadow titulada "La tradición traicionada. Los falsos profetas del modernismo (Darwin, Marx, Freud y Nietzsche)". Cuando los termine colgaré la conferencia entera subtitulada.


Harry Oldmeadow es un autor, profesor y editor australiano cuyas obras se centran en la Tradición, la religión oriental y la filosofía. Actualmente es coordinador de Filosofía y Estudios Religiosos en la Universidad de La Trobe, Bendigo (Australia). Algunos de sus obras incluyen: Traditionalism: Religion in the Light of Perennial Philosophy, The Betrayal of Tradition o Light from the East: Eastern Wisdom for the Modern West.

Harry Oldmeadow - Wikipedia


Harry Oldmeadow: Los falsos profetas del modernismo.
Parte 1: la crisis de la modernidad.

Empecemos reconociendo que hay una crisis fundamental en el mundo moderno y que su origen es espiritual. Apenas puede ponerse en duda que existe esta crisis. Alguno de los síntomas: la catástrofe ecológica, un signo material de la fisura entre el Cielo y la Tierra; un consumismo y materialismo incontrolado, que significa una rendición a la ilusión de que el hombre puede vivir sólo del pan; la extirpación genocida de las culturas tradicionales por parte de las fuerzas precipitadas de la “modernización”; barbaridades políticas a un nivel casi inimaginable; desavenencias sociales, violencia endémica y desgobierno de proporciones nunca vistas; alienación y hastío generalizados, y un sentido de esterilidad espiritual en medio de la frenética confusión y barullo de la vida moderna; un panorama religiosa dominado por conflictos intestinos e interreligiosos y por la emergencia de agresivos fundamentalismos tanto en Occidente como en Oriente; la pérdida de cualquier sentido de lo sagrado, incluso entre aquellos que siguen ligados a formas religiosas, muchos de los cuales se han refugiado en un literalismo religioso simplista y crédulo o en un liberalismo vacuo y “horizontal” donde “todo cabe”.

El Vishnu Purana es un texto hindú que se remonta a casi dos milenios atrás. En esta obra hay una descripción de las degeneraciones que se pueden esperar en los últimos días del Kali Yuga:

La abundancia y la piedad se reducirán diariamente, hasta que el mundo esté corrompido. Entonces será la riqueza la que otorgue superioridad, la pasión será la única razón para la unión entre los sexos, la mentira será la única forma de éxito en los negocios y las mujeres serán meramente objetos de gratificación sensual. Se valorará la Tierra sólo por sus tesoros minerales, la falsedad será el medio universal de subsistencia, una simple ablución será considerada una purificación eficiente…La observancia de las castas, leyes e instituciones ya no se harán cumplir en la Edad Oscura, y se abandonarán las ceremonias prescritas por los Vedas. Las mujeres sólo obedecerán a sus caprichos y estarán obsesionadas con el placer…Hombres de toda clase se atreverán a considerararse a sí mismos como iguales a los brahmanes…Los vaishyas abandonarán la agricultura y el comercio, y se ganarán la vida gracias a su servidumbre o al ejercicio de las profesiones mecánicas…La casta dominante será la de los shudras.” [1]



¿No es una imagen dolorosamente precisa de nuestras circunstancias actuales? Aquí va otro diagnóstico de las circunstancias contemporáneas, escrito hace cincuenta años aunque se ajuste más a la actualidad. Es de la escritora inglesa Dorothy Sayers:

“Vanidad; falta de una fe viva; la tendencia a una moral libertina, consumo voraz, irresponsabilidad financiera y un mal humor incontrolado; un individualismo obstinado y terco; violencia, esterilidad y ausencia de veneración por la vida y la propiedad…La explotación del sesso, la degradación del lenguaje…Comercialización de la religión…Histeria y fascinaciones colectivas, vanalidad y enchufismo en los asuntos públicos…El fomento de la discordia…Explotación de las emociones más bajas y estúpidas…” [2]
No es de extrañar, entonces, que cuando a Mahatma Gandhi se le preguntó qué pensaba sobre la “Civilización Occidental”, contestara: “Creo que sería una buena idea.”

Los “signos de los tiempos” – y la lista no es nada exhaustiva – son suficientemente claros para el que tenga ojos para ver. Ninguna retórica dorada sobre el “progreso”, los “milagros de la ciencia y la tecnología moderna”, o los “triunfos de la democracia” (por nombrar sólo tres dogmas de la modernidad) puede ocultar el hecho de que nuestra época está siendo oprimida por una actitud adversa a nuestras necesidades más fundamentales, a nuestros deseos más profundos, a nuestras más nobles aspiraciones. Más problemática es la cuestión de cómo hemos llegado a esta situación y qué rumbo debemos poner para buscar soluciones.

En su brillante ensayo “No hay actividad sin Verdad”, Frithjof Schuon advierte de que:

“Lo que falta en el mundo actual es un profundo conocimiento de la naturaleza de las cosas; las verdades fundamentales están siempre ahí, pero no se imponen porque no pueden imponerse a aquellos que son reacios a escuchar.” [3]
Estas verdades, a menudo tan ridiculizadas en el mundo moderno, pueden encontrarse en la Tradición – y con este término nos referimos a algo muy diferente de los sentidos negativos que ha acumulado en la mentalidad moderna (“la observancia ciega de las costumbres heredadas” y demás).

A falta de una palabra mejor podemos llamar a la cosmovisión dominante del Occidente postmedieval “modernismo”. Lord Northbourne describe el modernismo como “antitradicional, progresista, humanista, racionalista, materialista, experimental, individualista, igualitario, librepensante e intensamente sentimental.” [4] Seyyed Hossein Nasr aglutina estas tendencias bajo cuatro características generales del pensamiento moderno: antropomorfismo (y, por extensión, secularismo); progresismo evolucionista; ausencia de cualquier sentido de lo sagrado; y una ignorancia absoluta de los principios metafísicos.” [5]




El modernismo es una enfermedad espiritual que continúa expandiéndose por todo el mundo como la peste, destruyendo las culturas tradicionales dondequiera que se encuentren. Cientificismo, racionalismo, relativismo, materialismo, positivismo, empirismo, evolucionismo, psicologismo, individualismo, humanismo y existencialismo – estas son algunas de las principales locuras del pensamiento modernista. El origen de estas ideas se puede rastrear a través de una serie de reacciones culturales e intelectuales de la historia europea y a ciertos puntos débiles de la Cristiandad, que la dejaron expuesta a las subversiones de la ciencia profana. El Renacimiento, la Revolución Científica y la así llamada Ilustración fueron todas incubadoras de ideas y valores que primero asolaron Europa y luego se expandieron por todo el mundo. Tras este conjunto de ideologías estrafalarias que han proliferado en los últimos siglos podemos discernir una creciente y persistente ignorancia relativa a las realidades últimas y una indiferencia, si no una declarada hostilidad, a las verdades expresadas por la Tradición.

El contraste entre la tradición y la modernidad es probable que se haga más claro cuando se consideran los siguientes factores:
“Cuando se contrasta el mundo moderno con las civilizaciones tradicionales, no es sólo una cuestión de separar las cosas buenas de las cosas malas; el mal y el bien están por todos lados, así que es esencialmente una cuestión de saber en qué lado se encuentran los bienes más importantes y los males menores. Si alguien dice que tal y cual bien existe fuera de la tradición, la respuesta es: sin duda, pero uno debe elegir el bien más importante, y está representado necesariamente por la tradición; y si alguien dice que en la tradición existen tales y cuales males, la respuesta es: sin duda, pero uno debe elegir el mal menor, y, una vez más, es la tradición la que lo encarna. Es ilógico preferir un mal que incluye algunos beneficios antes que un bien que implica ciertos males. [6]
Nadie va a negar que la modernidad tiene sus recompensas, aunque estas sean, a menudo, de un orden diferente a los tan cacareados “beneficios” de la ciencia y la tecnología – algunos de los cuales son indudables, aunque muchos supongan consecuencias mucho peores que los males que supuestamente solucionan. ¿Qué gana entonces un hombre si obtiene el mundo entero pero pierde su propia alma? Por otra parte, una verdadera ventaja de vivir en estos últimos días es el fácil acceso que tenemos a los tesoros espirituales de las tradiciones religiosas y mitológicas del mundo, incluyendo las enseñanzas esotéricas que hasta ahora se han mantenido en secreto.

Centremos nuestra atención en sólo algunos de los prejuicios característicos del pensamiento moderno. Lo haré refiriéndome brevemente a cuatro representantes del pensamiento moderno. En el breve tiempo del que dispongo no puedo, claramente, repetir sus teorías en detalle. Además, repararé menos en estos personajes que en aquellas tendencias que articulan y cristalizan, y particularmente en la forma en la que popularizaron ciertas ideas y temas clave. Como señaló René Guénon, en el orden intelectual la modernidad tiene sus raíces en una serie de pseudomitologías que, al fin y al cabo, suponen poco más que negaciones, parodias e inversiones de conocimientos tradicionales. Mis cuatro figuras representativas les serán familiares: Charles Darwin, Karl Marx, Sigmund Freud y Friedrich Nietzsche.




Continuará…


[1] The Vishnu Purana, citado en William Stoddart, An Outline of Hinduism, Washington DC: Foundation for Traditional Studies, 1993, 75-76. Estos fragmentos, en una traducción diferente, pueden encontrarse en The Vishnu Purana, Vol 2, tr. & ed. H.H. Wilson & Nag Sharan Singh, Delhi: Nag Publishers, 1980, 662-3, 866-867.

[2] Dorothy Sayers, Introductory Papers on Dante (1954), citado en E.F. Schumacher, A Guide for the
Perplexed, London: Jonathan Cape, 1977, 151 -152.

[3] Frithjof Schuon, “No hay actividad sin Verdad” en The Sword of Gnosis, 28 (puede encontrarse una traducción diferente de este artículo en The Betrayal of Tradition, 3-14).

[4] Lord Northbourne, Religion in the Modern World, London: J.M. Dent, 1963, 13.

[5] Ver S.H. Nasr, “Reflections on Islam and Modern Thought”, The Islamic Quarterly 23:3, 1979, 119-131.

[6] Frithjof Schuon, Light on the Ancient Worlds, London: Perennial Books, 1966, 42.
 
Última edición:

xrr

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palos, es de lo mejor que he leído en burbuja en muchísimo tiempo. Se nota que sabes de lo que estás hablando. Aquí uno que espera ansioso la continuación.
Ok, es una traducción de una conferencia. Ayn toma nota, que esto está directamente relacionado con tus hilos sobre las religiones de estado. Esto es el fondo del tema.
 

Sapere_Aude

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palos, es de lo mejor que he leído en burbuja en muchísimo tiempo. Se nota que sabes de lo que estás hablando. Aquí uno que espera ansioso la continuación.
Ok, es una traducción de una conferencia. Ayn toma nota, que esto está directamente relacionado con tus hilos sobre las religiones de estado. Esto es el fondo del tema.
De aquí a la semana que viene espero publicar todas las partes.

AYNRANDiano2 mejor que no se meta en este hilo, no le va a servir de mucho. Ya tiene un conjunto de ideas preconcebidas, así que poco provecho podría sacarle a estos hilos.
 

n_flamel

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5 estrellas. Y gracias. Gran serie de hilos, con referencias tradicionales para entender la médula de la modernidad.

---------- Post added 23-mar-2017 at 21:06 ----------

Esto es lo que había que enseñar nada más llegar a la universidad.