En ésto de las alianzas hay que empatizar con todos, ponerse en su piel y comprender sus acciones. De éstas, caben también todas la prudencias y si fuera necesario, también las comprensiones hasta cierto punto.
Aquí el postureo de TODOS es esencial (y demencial para el profano que como nosotros tiende a verlo todo de un tonalidad puro y dominante).
Fíjense que hasta yo mismo he llegado a comprender a Rusia... Pero una cosa es que la comprenda y otra que la bendiga. Lo lógico es pensar que aunque no tengamos la misma fuerza sobre el tablero, nuestro país también está jugando su bazas en el convencimiento de que bajo cuerda las relaciones con Hispanoamérica no son tan malas como parecen.
Rulando en mis temas profesionales, he visto que la colaboración española con aquellos países va más lejos que la solidaridad y los testimonios de hermandad.
Es decir, España no ha perdido su hilo conductor con Hispanoamérica y viceversa. La empatía natural de compartir la misma lengua y la misma cultura no puede ser borrada por mucho que se intente y menos si de alguna manera, como digo más arriba, se alimenta.
Y ese es el motivo de la importancia de España, que los "orcos" de una lado al otro de las extremidades, se empeñan en reducir a cero y esa razón la esgrimen como una urgencia que debe poner a nuestro país a comer de una mano o de la otra sin perder ni un minuto.
El "ñordicismo" en en el foro está acabado, cosa de la que debemos felicitarnos con independencia de otros aspectos no compartidos y menos específicos al caso.
Pero también lo están los rojelios en su versión anti-España. Ambos se han comido tochos como si no hubiera mañana.
¡¡Quién lo diría hace apenas unos años!!!
Pues ahí lo tienen. Ocurrió cuando nadie los esperaba.
Y el mérito no es de una corriente política concreta, al contrario: ha sido -por decirlo de alguna manera- la chispa española que salta cuando el roce y la presión entre dos elementos duros acontece.
No quiero ser triunfalista porque no me lo permiten los años, pero... joer, no lo esperaba.
Si recobramos todos los que podemos sentirnos parte de esa chispa luminosa, un poco de conciencia abierta y expresiva de nuestro sentir ibérico, bien podemos suponer que algo nuevo está empezando a ocurrir.
Como no somos un pueblo tan simple ni borrego como "unos y otros" no han parado de denunciar (con gran regocijo por su parte), actuemos en consecuencia y como he dicho en alguna ocasión: Amen a España y hagan lo que quieran.