Un nuevo estudio de las ondas sísmicas del 11/9: se usaron explosivos
Un nuevo estudio de las ondas sísmicas del 11/9: se usaron explosivos -- Ciencia y Tecnología -- Sott.net
André Rousseau
ReOpen911
Dom, 14 Mar 2010 15:48 CDT
Traducción por el equipo de SoTT en español
© Katsumi Kasahara / AP Las señales sísmicas registradas el 11 de septiembre del 2001 revelaron el uso de potentes explosivos en el WTC, de acuerdo con el estudio del geofísico francés André Rousseau. Se trata de una investigación clamorosa, efectuada por un gran experto con mucha preparación, basada en información pública.
El Dr. André Rousseau, ex investigador de geología-geofísica en el CNRS y especialista en ondas acústicas, ha dado su consentimiento para publicar un artículo que resume su investigación y su respuesta a la averiguación de ReOpen911.
Nos brinda su punto de vista de especialista sobre la interrogante de la destrucción del World Trade Center el martes 11 de septiembre del 2001.
Un nuevo estudio de las señales sísmicas del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York
André Rousseau (*)
20 de febrero del 2010
El 11 de septiembre 2001 se registraron señales sísmicas emitidas durante el lapso de tiempo en el que las Torres Gemelas del World Trade Center (la torre norte WTC1 y la torre sur WTC2 ) fueron impactadas por los aviones y colapsaron, así como durante el colapso del edificio 7 del WTC (conocido también como WTC7) que no había sido impactada por ningún avión.
Entre los numerosos datos sísmicos publicado derivados de este acontecimiento, se encuentran los de la estación de registro sísmico de Palisades, que se encuentra 34 km en el noreste de Manhattan, los cuales parecen ofrecer los trenes de onda más adecuados a ser interpretados, sobre todo para la determinación concreta de su origen. Los trazados de los impulsos de estas series de onda, extraídas de las publicaciones del Lamont-Doherty Earth Observatory de la Universidad de Columbia, están representados en las figuras 1 y las figuras 2.
Sin embargo, hasta el día de hoy, los sismólogos se muestran desconcertados por el análisis de las señales registradas durante el evento, las contradicciones son muy notables, y resultan intrigantes especialmente por la presencia de "picos" sísmicos previos al colapso... (Véase Figura 4). El presente trabajo se enfoca en el estudio de estas señales sísmicas y tiene el objetivo de demostrar que sólo si se descartan las explicaciones oficiales es posible asignarle a los datos analizados una exploración científica coherente. Esto da lugar a una nueva interpretación que hace caduca las afirmaciones de la "versión oficial".
Estudio de la composición de los diferentes trenes de onda
Los trenes de onda disponibles son:
1. Las señales de las figuras 1a y 1b, relativos respectivamente al momento de los impactos de los aviones contra el WTC1 y el WTC2.
2. Las señales de las figuras 2a y 2b, respectivamente contemporáneos a los colapsos del WTC1 y del WTC2.
3. Las señales de la Figura 2c, simultaneas al colapso del WTC7.
Determinación/ indeterminación del momento temporal exacto del origen de las señales
En los cinco casos, los sismólogos que publicaron dichos datos, atribuyeron el origen de las señales a los impactos de los aviones o a los colapsos sucesivos registrados en video (Kim y otros., 2001; Irvine, 2001; Hoffman, 2006).
El estudio de la propagación de las señales sísmicas entra, por las distancias de propagación y la naturaleza de las fuentes, en el ámbito de geofísica aplicada.
Sin embargo, en este tipo de investigación, los tiempos de origen deben ser registrados con gran precisión (al menos en milisegundos) para poder calcular las velocidades de propagación de las diferentes ondas sísmicas.
Esta condición no está presente aquí. De hecho en nuestro caso específico, la referencia y calculó - para la Torre norte (WTC1) - se realizó utilizando el vídeo grabado por la CNN y al banner continuo del reloj sobre la pantalla (Hoffman, 2006) y los resultados fueron comparados con los obtenidos por medio del método utilizado por Lamont (Kim et al., 2001).
Éste último consistió en fijar una velocidad aproximada de 2 km/s a través de una onda de Rayleigh que atraviesa más estaciones (véase figura 3) colocadas a distancias crecientes desde el punto de origen.
Sin embargo, el principal inconveniente de este procedimiento, deriva del hecho de que estas estaciones no se encuentran en una línea recta, y los terrenos seguir - en el que se propagan las ondas de superficie - son diferentes y por tanto no producen la misma velocidad de propagación.
De hecho, el río Hudson se encuentra en una línea de falla que al oeste separa los terrenos sedimentarios del triásico y el jurásico con una irrupción de diorita, y estos están cubiertos por sedimentos más recientes del holoceno, además por el afloramiento de formaciones cristalinas y el metamorfismo del proterozoico, del cambriano y del ordovícico.
Tales formaciones fueron más rápidas que las del occidente, lo que explica cómo el recorrido derivado del WTC-MANY, el único situado al este del Hudson, fue el más rápido de todos los otros situados al oeste y estrechamente vinculados a la velocidad de propagación de las diferentes coberturas sedimentarias atravesadas.
En otras palabras, puesto que están situadas en formaciones geológicas similares, no sorprende que sólo las estaciones de Pasadena a 34 km, de Arny a 67,5 km y de TBR a 51 km, hayan proporcionado resultados similares.
Además, la enorme indeterminación de 2 segundos, designada por los propios autores de los cálculos (Kim et al. 2001), debido a la determinación del momento de origen de cada señal sísmica, nos obliga desde ahora, a distanciarnos de las conclusiones oficiales.
Trenes de onda atribuidos a los impactos en lo alto las Torres (figura 1a y 1B)
En primer lugar, hay que preguntarse acerca del significado de estas señales en función de la causa atribuida por ellos. Mientras que esta causa, la explosión del avión, es similar en las dos torres, la magnitud - reflejada por la amplitud - de las dos señales es diferente, y la onda generada no tiene la misma velocidad aparente (ver figuras 1a y 1b) a pesar de que las Torres Gemelas pudieran ser consideradas como un conjunto único desde el punto de vista espacial, en relación con la distancia de la localización del registro.
En efecto, el cálculo de la velocidad de propagación efectuado sobre la base de gráficos de la figura 1a y 1b, cuyo origen se fijó en el momento de observación de los respectivos impactos, muestra 2900 m/s para el WTC1 y 2150 m/s para WTC2: probablemente se trata de ondas de Rayleigh.
Sin embargo, aunque tuvieron mucha amplitud, las señales no fueron generadas por los impactos contra las torres, puesto que las ondas producidas por los dos impactos fueron efectivamente amortiguadas antes de alcanzar el suelo, aun suponiendo que se tratare de las mismas frecuencias (bajas)... En efecto, la frecuencia de las ondas generadas por explosivos, pertenece al orden de los hertz - como en este caso -, mientras que aquellas provocadas por percusión son superiores a 10 Hertz, alcanzando aproximadamente los 100 hertz. ... Además, la banda utilizada en los registros citados no permite el registro de estas ondas.
En cuanto a la teoría de la oscilación de las torres, defendida por Irvine (2001) para explicar estas señales, no se sostiene, porque en este caso se tendría una señal "cuadrada" de larga duración y de amplitud constante, mientras aquí se observa una señal "de campana", indicativa de un fuerte impulso y de corta duración, particularmente evidente en el caso del WTC2.
En la medida en que resulta geofísicamente imposible tener dos velocidades de propagación diferentes de la misma onda, con la misma frecuencia - las ondas de superficie son dispersivas, es decir, que las velocidades dependen de las frecuencias -, sobre el mismo recorrido y a pocos minutos de distancia, es necesario considerar la evidencia de que las causas probables de las ondas registradas no son correctas, y que en este caso no están vinculadas a los impactos de los aviones, sino a otra fuente, como la detonación de un explosivo, con un intervalo de tiempo desigual para las dos torres, en relación con los impactos de los aviones. Del mismo modo, la diferencia de la magnitud de las dos señales no puede estar vinculada a parámetros diferentes relativos a un volumen de explosivos y/o a su distancia al suelo.
Trenes de onda atribuidos al colapso de las torres (fig. 2a, 2b e 2c)
Mientras que para los geofísicos las Torres Gemelas poseen aproximadamente el mismo peso, la misma altura y anchura, y el mismo tipo de estructura interior, además que el mismo punto de origen de las ondas, y la mismas distancias de la estaciones de registro; las señales atribuidas al WTC1 (fig. 2a) y al WTC2 (fig. 2b), en lugar de ser similares como lo impondría la tesis oficial que atribuye el origen de las ondas sísmica al simple colapso de las Torres, son en realidad muy diferentes en términos de forma , composición, y en particular su velocidad aparente calculada a partir del origen oficial.
En efecto, el registro relativo del WTC1 muestra los tres tipos de onda característicos de una fuente explosiva breve (tipo "Dirac") contenida en un material sólido homogéneo: un onda P de velocidad 6000 m/s, valor normal para un terreno cristalino o sedimentario muy consolidado (como en el caso del lecho de roca de Manhattan), una onda S de velocidad 3500 m/s, y una onda de superficie con una velocidad de 1800 m/s (onda de Rayleigh).
Estos valores concuerdan con los registrados durante los terremotos o en prospección sísmica.
Sin embargo, el trazado sísmico relativo al WTC2 no muestra las ondas de volumen P y S observadas en el WTC1, solamente una onda de superficie, cuya distribución de amplitud sobre la duración es distinta de la del WTC1.
En función de origen específico de la señal, la velocidad de propagación es también diferente a la del WTC1 e igual a 2.125 m/s (onda de Rayleigh). Esta onda parece seguida de una segunda onda de Rayleigh a 4 segundos, intervalo calculado entre los dos picos de amplitud.
El mismo escenario se repite en el WTC7, donde el cálculo de la velocidad de onda en función del origen determinado, es similar a la de una onda de Rayleigh con 2200 m/s. Cabe señalar que aquí la amplitud es comparable a la de las ondas emitidas al mismo tiempo por los impactos de los aviones contra las torres. Esta onda parece seguida de una segunda onda de Rayleigh de 6,7 segundos, intervalo calculado entre los dos "picos" de amplitud.
En los tres casos, la señal "de campana" indica una fuente impulsiva y no una de vibración del suelo derivada de la caída de los materiales, de los restos de dimensiones moderadas, que duró unos diez segundos (un tiempo muy largo para un estudio geofísico). Además, la duración de la señal se alarga propagándose correlativamente hacia su atenuación y la duración sobrepasa la duración de las ondas de superficie, las cuales, siendo dispersivas, poseen una velocidad de etapas diferentes. Por lo tanto, la duración de estas ondas no nos ofrece ninguna información relativa a la fuente, contraria en amplitud y sobre todo en frecuencia.
Debate
Al haber comprobado que ni el impacto de los aviones, ni la vibración de una torre, ni la subsiguiente caída de los escombros pueden haber sido la fuente de las ondas sísmicas registradas a 34 kilómetros de distancia, y cuyas bajas frecuencias no pueden ser causadas por fuentes explosivas, ahora es necesario encontrar porque los impulsos de trenes de onda son diferentes.
© reopen911.orgEn primer lugar son necesarias algunas consideraciones preliminares. En efecto, debemos distinguir las explosiones subterráneas, subaereas (cerca del suelo, sin tocarlo) y aéreas.
Las explosiones subterráneas son asimilables a los terremotos, en el sentido que toda la energía mecánica será transmitida al terreno en forma de ondas de volumen, P (ondas primarias) y S (ondas secundarias) y ondas superficiales (Rayleigh y Love) generadas por las anteriores cuando estas alcanzan una interface sólida - fluida (la superficie de separación entre la corteza terrestre y la atmósfera por ejemplo) (caso 1).
Las explosiones aéreas descargan toda su energía en el aire (ondas P acústicas), y lo que queda - cuando y si alcanzan el suelo - es ya insuficiente a crear ondas de volumen... (Se pueden encontrar ondas de superficie sólo en distancias cortas) (caso 2).
Las explosiones subaereas emiten un energía que se reparte en ondas de sonido esencialmente en aire, y en ondas de superficie en el suelo. Las ondas de volumen disipadas en aire, no pueden que encontrarse muy debilitadas en el terreno, pero las ondas de superficie están siempre presentes (caso 3).
En breve, una explosión subterránea no será percibida en aire, pero el terreno vibrará y se originará un trazado de trenes de onda (ondas de cuerpo y de superficie).
Al contrario, si se siente una explosión, como ha ocurrido en este caso, si esta es aérea no dará lugar a señales sísmicas, en cambio, si es subaerea podrán generar ondas de superficie.
Por lo tanto, podemos afirmar que - simultáneamente a los impactos de las aeronaves - en la base de las torres se provocaron explosiones llamadas "subaereas" y el estruendo provocado ha sido confundido con el impacto de los aviones (caso 3). La estructura de las torres fue debilitada por la rotura de los pilares de soporte. La explosión en la base del WTC1 fue experimentada por el testigo William Rodríguez (2006) (véase también Spingola (2005),].
En lo que respecta al colapso de las torres, deben diferenciarse el del WTC1, y los del WTC2 y WTC7. El tipo de ondas generadas por estas dos últimas torres es característico de una fuerte explosiva subaerea (caso 3), percibida por los testigos. Por ejemplo, con respecto a el WTC2, un bombero dio testimonio de una explosión antes del colapso entre la enorme nube de polvo (véase. [1]), a primera vista, no muy lejos de la base de la torre, acompañada de destellos y estruendos según el testimonio de un « jefe asistente de la policía" (véase. 2]). Otro bombero, que se encontraba en la base del WTC2, observó una gran explosión a veinte pisos por debajo de la zona del impacto del avión, pocos instantes antes de que la punta de la torre colapsara (véase. [3]).
Estas explosiones fueron demasiado elevadas como para generar ondas de volumen en el suelo, mientras que la onda de Rayleigh registrada proviene probablemente de la explosión más cercana al suelo.
Entre las otras explosiones percibidas en la base del WTC2 (anónimo, 2009), una de ellas generó la segunda onda de Rayleigh registrada 4 segundos después de la primera. Es el mismo fenómeno ocurrido en el WTC 7. Un testigo que observaba esta torre escuchó una especie de estruendo parecido a un "relámpago", que hizo estallar las ventanas hacia afuera, mientras que la base del edificio en llamas se derrumbó un segundo más tarde, antes de que todo el resto de la torre le siguiera (véase [4]), estimulada por una segunda explosión que generó una onda de Rayleigh registrada 6,7 segundos más tarde.
El colapso del WTC1, posterior al del WTC2, pese al hecho de que hubiera estado afectada antes, indica que fue una explosión subterránea (caso 1) que precedió su caída. Lógicamente, esta explosión - a las 10:28 EDT - no fue advertida más que por los testigos que se encontraban junto a la torre (véase. [5]), pero fue "registrada" por una cámara que capturaba imágenes de la torre y al estar apoyada en la tierra, se vio sacudida por la vibración del terreno al momento de explosión (se vea [6]).
Sin embargo, también es lógico que las numerosas explosiones en los pisos superiores mostradas en los reportajes antes y durante los colapsos no hayan producido con el fin sísmica (caso 2), debido a la fragmentación del tiempo de la energía detonante con múltiples fuentes sucesivas, cada una de las cuales con impulsos limitados, no suficientes para generar una onda sísmica en el suelo.
Aunque muchas demoliciones controladas bien efectuadas no generan ondas sísmica (airburst, explosiones aéreas, NdT), es útil comparar estas observaciones con los datos sísmicos obtenidos durante la demolición controlada del Kingdome de Seattle (véase anónimo, 2000) y Oklahoma City (Estados Unidos) (Holzer y otros., 1996).
El caso Kingdome es inusual ya que los sismólogos pidieron expresamente parametrizar las explosiones (porque querían aprovechar la ocasión), y la de Oklahoma, que se debió a la reconstrucción de un atentado con el explosivos. Estos dos ejemplos forman parte de los 3 casos mencionados anteriormente, presentando una poderosa explosión subaerea con la consiguiente emisión de ondas de Rayleigh, y en el que la caída de los escombros es irrelevante desde el punto de vista sísmico, también a distancias menores de 34 km (respectivamente, menos de 7 y 26 km).
La altura y la profundidad de las explosiones en las torres WTC1 y WTC2 generaron ondas sísmicas diferentes. Esto se relaciona con el hecho de que ambas torres no se hundieron del mismo modo: de hecho, el tiempo transcurrido entre el impacto del avión y el colapso es más largo en el WTC1 (1 hora y 42 minutos) y el WTC2 (56 minutos), y además, ya que la parte superior del WTC1 comenzó a derrumbarse oblicuamente, se puede afirmar que sólo una poderosa explosión subterránea bajo la torre permitió que todo el edificio se derrumbara verticalmente.
La magnitud local - ML, que los sismólogos han calculado derivada las ondas de superficie, ofrece resultados que confirman nuestro análisis. De hecho, en escala de Richter, son superiores a 2 para las ondas emitidas al momento del colapso. ¡¡Ahora, es imposible obtener una magnitud de la caída de escombros y sobre todo en un período de una decena de segundos!! ¡¡Incluso si toda la torre hubiera sido reducida al tamaño de una pelota compacta, sería necesitaría una velocidad de desplazamiento "meteórica", en cualquier caso superior a la gravedad terrestre, para conseguir tal magnitud!!
Además, debe señalarse que la magnitud atribuida a la explosión subterránea, la del WTC1, es ML=2,3 - comparable al terremoto en Manhattan del 17 de enero de 2001 (ML=2,4) - mientras que la magnitud relativa a la explosión subaerea del WTC2 es ML=2,1, por lo tanto más débil, y este abismo - lógico, debido a las explosiones descritas - es especialmente significativo en la escala logarítmica. Ya que comparado con el hecho de que - teniendo las torres una masa y altura parecidas -, la caída de los escombros debía generar una magnitud similar, si ésta hubiera sido la fuente de la onda...
Es bien conocido como la geofísica aplicada es capaz de generar ondas sísmicas en el suelo, utilizando fuentes impulsivas no explosivas de tipo "weight dropping" - que consiste en dejar caer al suelo una masa de 3 toneladas - o utilizando "vibradores" anclados en el suelo. Pero las energías de las ondas desarrolladas en el terreno son demasiado pequeñas y permiten su propagación por no más de unos centenares de metros...
Relación de la onda sísmica/procedimiento del colapso
Las observaciones de los colapso de las tres torres, demuestran que fueron diferentes, debido a las correlaciones de las emisiones de las ondas sísmicas correspondientes.
El colapso del WTC7 es lo que más se aproxima a la demolición controlada clásica, con caídas consecutivas de los pisos a partir de la base del edificio debilitado por una poderosa explosión subaerea. En cuanto a las Torres Gemelas, estas fueron debilitadas primero por las explosiones en la base, en el momento en que los aviones las impactaron.
Entonces, debemos distinguir la parte del edificio situada por encima de la zona de impacto de los aviones, de la situada por debajo de estos.
Si las ondas sísmicas no pudieron haber sido generadas por las explosiones visibles de los aviones y que provocaron los colapsos graduales de abajo hacia arriba por encima de la zona de impacto y desde arriba hacia abajo por debajo de esta zona, es sólo la causa de una poderosa explosión al nivel del suelo del edificio WTC2 y de otra subterránea en el caso del WTC1, que han acelerado el proceso de colapso total emitiendo las ondas sísmicas estudiadas.
Con toda probabilidad, la explosión bajo el WTC1 colapsó el edificio desde la base, "reposicionado" verticalmente la trayectoria inicialmente oblicua de la caída de la punta del WTC1.
Conclusión
Los colapsos posteriores al impacto de los aviones contra las Torres Gemelas, así como el del WTC7, generaron ondas sísmicas. En la medida de que (1) las ondas sísmicas no son creadas por impulsos breves (2), en donde las bajas frecuencias son atribuibles a un energía (magnitud) comparable a la de un terremoto instrumental, estas ondas revelan sin duda una fuente explosiva. Aunque los impactos de aviones y la caída de los escombros fueron capaces de generar ondas sísmicas, en primer lugar su magnitud era insuficiente como para ser registrada a 34 km, y en segundo lugar, no podían ser homogéneas.
Ahora, las señales sísmicas muestran diferencias significativas en su composición, magnitud y sobre todo en términos de velocidad de propagación, aunque su recorrido sea idéntico en condiciones idénticas. Considerando esta diferencia, es físicamente inexplicable en el marco de la versión oficial, y se debe poner en entredicho el cálculo de las velocidades efectuado a partir de un punto de origen deducido de imágenes de vídeo. No se puede concluir que la fuente (explosiva) se activó manualmente por lo tanto con un desfase variable para cada uno de los orígenes en relación con los vídeos.
La composición de las ondas es indicativa de la ubicación de la fuente y la magnitud depende de la energía transmitida al suelo. El origen subterráneo las ondas emitidas al momento del colapso del WTC1, queda demostrada por la presencia de ondas de volumen (P y S), a las que se añaden las de superficie (ondas de Rayleigh), que están presentes en los cinco los casos.
La posición de la fuente de las otras cuatro explosiones es subaerea, como lo demuestra la presencia de ondas de Rayleigh.
Las explosiones aéreas visibles en el vídeo en las partes superiores las Torres Gemelas, no procurarán ondas sísmicas a 34 km de distancia de la fuente.
Existe un factor de diez entre la potencia de las explosiones simultaneas a los impactos de los aviones contra las Torres Gemelas (así como a la simultánea al colapso del WTC 7) y la potencia de las más fuertes simultaneas a su caída, en donde la explosión subterránea del WTC1 transmitió al suelo la mayor cantidad d energía.
Hay que observar también que, en la medida en que las ondas de superficie son dispersivas (la velocidad depende de la frecuencia), la duración de la señal registrada no es representativa de la duración de la señal a la fuente.
Por último, la demolición controlada de las tres torres, sugerida por los testimonios oculares y auditivos, así como por las observaciones derivadas del colapso, es por tanto demostrada también en el análisis de las ondas sísmicas emitidas al momento de los impactos de los aviones y al momento de los colapsos.
André Rousseau (*)
(*) André Rousseau tiene un doctorado estatal francés. Se retiró del CNRS, donde estudió en particular las relaciones entre las características de las ondas mecánicas progresivas y la geología. Ha publicado varios artículos en geofísica de revisión paritaria (peer to peer) y ha participado en numerosas conferencias, incluidas las de comité de selección.
En este artículo pone en evidencia que las ondas sísmicas registrada el 11 de septiembre en Nueva York, son el resultado de explosiones subterráneas y subaereas que tuvieron lugar durante la demolición controlada las Torres Gemelas y del edificio 7.
Figuras
(Nótese que por razones de legibilidad, estas figuras son representadas sin modificaciones en las escalas, las cuales tienen una relación de uno a diez entre los registros al momento del colapso del WTC1 y WTC2 y al momento de los impactos, así como para los registros del colapso del WTC7.)
Ondas emitidas al momento del impacto de los aviones