Jajaja. Pero, a ver, amigo Gothaus, que hace quince años que nos leemos por aquí y ya nos conocemos todos.
Tiene narices que usted hable de que el respeto, en el contexto de una relación de pareja, se gana. Y que "no se da porque sí", sino que hay que ganárselo.
Y sobre todo en relación a mi padre, que tuvo de mi progenitora más respeto, amor y sesso del que tendremos usted y yo -por separado, claro- en mil vidas.
Le acabo de decir que los tiempos han cambiado, no son lo de antes. Yo lo he tenido que aprender por la vía dura y me he tenido que adaptar y actuar en consecuencia. A ver si se da cuenta de que los tiempos de sus padres, que son los de los míos, jamás volverá usted a verlos. A mí me educaron en esos valores y, al tratar de aplicar lo que me enseñaron, en estos tiempos, ese fue el motivo de mi fracaso. Y como observo y aprendo, tuve que ir en contra de mi programación y cambiar.
Que las mujeres ya no van vírgenes al matrimonio. Que son las que más se divorcian de occidente, con diferencia, y no se someten ni respetan a sus maridos. Que votan políticas marxistoculturales en su mayoría. ¿Qué hay que respetar aquí?
El respeto se gana. En cualquier ámbito. "Es que tienes que respetar a las mujeres." Por qué. ¿Se lo han ganado? Yo sólo respeto al que se lo gana. No lo doy gratis.
Su progenitora es una mujer, como la mía, y si hubieran nacido en esta época, ¿cómo cree que se habrían comportado? ¿Igual que en sus tiempos? Ni de coña, son mujeres. Si su padre hubiera conocido a su progenitora en estos tiempos, no se habría comido un rosco con ella.