Durante el mandato de Menem "el Glamuroso", seguía con mucho interés todo lo que sucedía allí y nos contaban aquí.
Hay que recordar la imagen con la que llegó Menem a Buenos Aires, por la manera en que fue recibido, tenia un cierto aire a la llegada del anarquista Durruti cuando entró en Madrid, para defender la Ciudad Universitaria durante la guerra civil, pero con patillas y hablando a las masas con el desparpajo de un predicador.
El líder del partido justicialista, gobernador de la Rioja, con pañuelo al cuello, coincide en su llegada con la caída del muro de Berlín, y promete a las masas argentinas Revolución.
Pura Revolución y una NEP como nunca antes se había visto.
Menem el tigre de los llanos, ya tenia otro aspecto, había dejado su pañuelo al cuello, y vestía con la elegancia que merece un presidente de la Casa Rosada.
Tiempo después, resultaba fascinante el poderío económico, el musculo consumista del que presumía el país y como lo mostraban al mundo.
Ahora sus amigos, pertenecen a la exclusiva minoría neoliberal-conservadora y a círculos ex-golpistas.
Durante sus entrevistas televisadas, Menem bebía champan y se tumbaba en una cama con la periodista de turno. Aquello era estrafalario, estrambótico total.
Menem, también tuvo que superar un antiestética herencia del pasado.
Menem ya tenia una deuda heredada y una década después, se había transformado en 150.000.000.000 de deuda privada.
Y aun así, era todo un milagro económico el que se nos vendía, gracias a la liberalización de los medios de producción, los cuales tenían que ser totalmente liberados y separados de la influencia del Estado, había riqueza para todos. Según nos decían sus palmeros "los gente de izquierdas" nos habían mentido.
Transcurría el tiempo, y ya nos contaban que Menem se había enamorado de Bush Padre. Gracias a haber viajado a EEUU, volvió deslumbrante, como iluminado, allí había entendido las bondades y las ventajas del nuevo modelo del sistema económico Norteamericano.
Y tras el millonario negocio de las privatizaciones y poner el dinero de los jubilados en manos privadas, luego, paso lo que paso.