El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Luis y Alfonso se adelantaron hace aproximadamente cuatro años a la crisis energética que sufre el mundo, especialmente Europa, tras el inicio de la guerra en Ucrania. Ambos instalaron una estufa de pellet en casa, ya entonces con el objetivo principal de reducir la factura de la calefacción. En aquel momento se trataba de un sistema poco conocido, sobre todo en las ciudades, lejos de la demanda que ha experimentado de cara a este invierno; una demanda disparada por un precio del gas descontrolado y en plena inquietud sobre su evolución.
"Notamos mucho el ahorro. Hasta ese momento teníamos una bomba de calor grande para todo el chalet, muy antigua y eléctrica, y en los meses de enero la factura de la luz no bajaba de los 200 euros. Pasamos a pagar la mitad", recuerda Luis, que insiste en que a ello también contribuyeron las mejoras que acometieron en el aislamiento y la estanqueidad.
En un octubre anómalo en Madrid, con máximas de hasta 30 grados, es el primer día de la temporada que enciende la estufa y lo hace para explicar cómo funciona. "El calor sale por convección y al no tener ventiladores es silenciosa. Como esta casa es bastante vertical y tenemos la canalización hecha, el aire caliente se introduce por las rejillas y se reparte por todas las habitaciones", continúa. Mientras, la llama comienza a coger envergadura tras el cristal, dando la sensación de estar ante una chimenea.
Ubicada en el salón, 22 grados en esta estancia permiten tener 19 o 20 en el resto, una temperatura que se regula con un mando y que se puede programar. En función de esa variable, la estufa quema más o menos combustible para calentar 220 metros cuadrados distribuidos en dos plantas. Hasta el pasado invierno, el consumo medio de esta familia solía ser de un saco de 15 kilos cada dos días, con picos en enero de uno diario en jornadas de mucho frío. Esto suponía un consumo de palé y medio, o lo que es lo mismo, un centenar de fardos, a lo largo de la época del año más gélida, con un coste total de 450 euros.
Solía porque en diciembre instalaron placas solares y un split de aire acondicionado con bomba de calor, colocado igualmente en el salón. "Desde entonces el pellet lo usamos de apoyo, cuando no hay sol, por ejemplo a partir de las seis de la tarde. Si hace sol, durante las cuatro o cinco horas centrales del día generamos la energía suficiente para toda la casa, incluida la bomba de calor. Además nos sobra y la eléctrica nos paga por ese excedente", apunta Luis.
Suben los precios
No obstante, en el cobertizo cuenta igualmente con palé y medio de sacos de pellet. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se afana en asegurar que "a ningún español le va a faltar energía para iluminarse, calentarse y cocinar este invierno". Un hipotético corte del suministro de gas por parte de Rusia afectaría principalmente a los países del este y del centro de Europa, pero en un contexto de gran incertidumbre cualquier previsión es poca. Por eso Luis se abasteció en junio y logró así comprar este combustible a precios del año pasado. Entonces el saco costaba unos cuatro euros, cifra que ahora se ha duplicado.
"El pellet hay que compactarlo, secarlo… y eso requiere una fuente de energía. Además se está viendo afectado por la globalización. Los cortes de suministro de Rusia también están afectando al cereal de Ucrania y Ucrania y Rusia suministraban pellet al este de Europa", afirma Carlos Oliván, presidente de Asociación de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (Aefecc). "En Polonia este año no se están vendiendo este tipo de sistemas porque les da miedo tener la estufa y luego no tener el combustible para usarla. Los alemanes o los italianos tampoco están pudiendo conseguir pellet y lo acabarán comprando aquí", añade como argumento al incremento de los precios.
Para hacer frente a esa subida, el Ejecutivo redujo del 21 al 5% el IVA sobre este producto. La medida entró en vigor el 1 de octubre y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia que, antes, algunas marcas elevaron la tarifa hasta un 24%, "lo que anula en la práctica el efecto de la rebaja".
Pellet vs leña
- Junto a las estufas de pellet, las de leña están viviendo igualmente su época dorada. El precio de este combustible también tiende a subir pero aún se encuentra a unos 20 céntimos el kilo, lo que puede suponer unos 60 euros al mes. El aumento se produce más por el encarecimiento del tras*porte que por la propia madera en sí. "De hecho en entornos rurales la puedes conseguir gratis con las cuotas de los Ayuntamientos cuando se limpian los bosques o se realizan podas", subraya el presidente de la Aefecc. Estos equipos gastan una media de entre uno y cuatro kilos de leña a la hora, dependiendo del tamaño, y a diferencia de las que funcionan con pellet, no requieren electricidad. Su utilización, más manual, las hace sin embargo más incómodas y poco regulables. "Una vez que tenemos el combustible, son algo más eficientes las de pellet, porque tienen una combustión controlada automáticamente", comenta Carlos Oliván. "Lo más barato es la leña pero tienes que estar muy pendiente y da mucho más trabajo", remarca Luis, que también cuenta con una chimenea en casa.
A la espera de ver los efectos de las soluciones del Gobierno para ellas, las comunidades de vecinos con calefacción central han tenido por su parte que tomar medidas drásticas, llegando a decidir no encender la caldera en todo el invierno. Algunas estimaban que la cuota mensual subiría a los 500 euros por propietario en caso de ponerla en marcha.
"Situación no vista antes"
Así las cosas, la Aefecc habla de una "situación no vista antes" en la compra de equipos nuevos. Desde este año, esos aparatos deben cumplir con una normativa europea "muy estricta en temas de emisiones y eficiencia energética". Esto y que materias primas como el hierro y el acero hayan duplicado su precio tras la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del cobi19 ha elevado los precios en los últimos dos años.
Aun así, hay fabricantes que sitúan el aumento de las ventas en un 40%, tanto en estufas de pellet como de leña. El coste arranca en unos 600 euros y en el caso de las primeras puede llegar hasta los 7.000, una amplísima horquilla en la que Oliván aconseja partir de unos mil euros para adquirir "un producto razonable". A ello se une la instalación, que se encarecerá si es necesario acometer una salida de humos.
A Luis su estufa le costó unos 1.800 euros y con la colocación se le puso en unos 3.000. "Yo tuve que poner diez tubos para la salida de humos y sumaron más de 500 euros. La nuestra además es más cara porque es una hidroestufa que se conecta a los radiadores que ya teníamos, es alargada, va pegada a la pared y no sobresale mucho", comenta Alfonso al otro lado del teléfono. Él, pese al desembolso inicial, corrobora que está contento con ella "porque económicamente sale bien".
Este hombre la instaló en su piso del El guanol cuando los vecinos decidieron quitar el sistema comunitario de gasoil. "Queríamos cambiar a algo más ecológico y nos decidimos por el pellet porque también era más económico que el gas o la electricidad", relata. Desde entonces, para calentar la vivienda, de 70 metros cuadrados, ha venido gastando unos 300 euros de octubre a abril. Eso supone unos 71 sacos a 4,22 euros cada uno, encendiéndola de media de tres o cuatro del mediodía a once o doce de la noche. Junto a eso contabiliza los 16 euros que paga al mes por mantenimiento. "Es voluntario pero incluye una revisión anual y si tienes cualquier incidencia vienen inmediatamente", apostilla.
Alfonso compara ese gasto con los 915 euros en gasoil que abonó por ejemplo en 2016, "porque aunque era un sistema comunitario cada propietario pagaba de forma individual", más los 200 euros al año de mantenimiento. "Además, con el gas o la electricidad siempre hay unos mínimos. Aquí no", añade. Y aunque la estufa de pellet tira de luz para su funcionamiento, apenas se nota variación en la factura. Sí ha subido algo ese recibo por el termo que tuvieron que instalar para tener agua caliente: "Hay posibilidad de que la hidroestufa caliente agua pero los técnicos lo desaconsejan porque si la necesitas en verano, ¿qué vas a hacer, tirar de la estufa? No tiene sentido".Con el gas o la electricidad siempre hay que pagar unos mínimos. Aquí no
Tanto Alfonso como Luis valoran positivamente los años que llevan con este sistema pero también son conscientes de sus desventajas, y destacan la incomodidad de tener que cargar con sacos de 15 kilos para que puedan funcionar y la necesidad de contar con un sitio en el que poder almacenarlos. Frente a eso, y aunque se haya producido un aumento del precio de la materia prima, con una compra anticipada se puede vivir el invierno sabiendo lo que se va a gastar en calefacción y huir de la tensión que genera no saber a cuánto ascenderá cada recibo en un contexto internacional sumamente volátil.
Pellet, leña... o cómo pasar todo el invierno con 600 euros en calefacción y sin sobresaltos
'20minutos' aborda los pros y contras de instalaciones alternativas al gas cuya compra se ha disparado. El aumento de la demanda incrementa también los costes de estos sistemas, pero siguen siendo más económicos.
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