Durante muchos años he estado en contacto con jugadores/as de todas las edades, y me he formado una opinión, que no es ni la más popular ni atractiva.
Hay grupos con intereses económicos (periodistas y clubes, entre otros) que presionan para encontrarle grandes virtudes al ajedrez: positivo para tratar trastornos cognitivos en niños/as, herramienta que previene el Alzheimer, actividad para rehabilitación de presidiarios, terapia contra la ludopatía, formación válida para desarrollar competencias en la búsqueda de empleo... y un largo etcétera.
He buceado superficialmente en los estudios que dicen probarlo, y están, a mi parecer, sesgados para que lleguemos a la conclusión de que el ajedrez es un curalotodo.
Cuando Catalina la Grande daba paseos con su carro, todos los campesinos/as que veía parecían saludables y estaban rollizos.