estroboscopico
Estroboscopico
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Por el momento llevo escrito con ayuda de Chat GPT, 7 capítulos y este que os pongo aquí es el primero. Si queréis más, decidlo en el hilo.
Capítulo 1: La Vigilia Nocturna
La lluvia golpeaba con fuerza el techo metálico de la fábrica de frigoríficos, creando un ritmo monótono y sombrío que resonaba en los oscuros pasillos. Juan, el vigilante de seguridad, se sentía inquieto mientras recorría los interminables pasillos de la planta, su linterna iluminando apenas unos metros delante de él. Era una noche como cualquier otra, pero algo en el aire parecía diferente, como si una presencia invisible se moviera entre las sombras.
La fábrica estaba desierta, los trabajadores habían abandonado sus puestos horas antes. Juan se preguntaba por qué alguien querría robar en un lugar lleno de neveras, pero sabía que su trabajo era estar alerta, incluso en las noches más tranquilas.
El sonido de un golpe metálico lo sacó de sus pensamientos. Se detuvo en seco, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Miró a su alrededor, pero no había nadie a la vista. "Deben de ser los sonidos habituales de la fábrica", se dijo a sí mismo en un intento de calmarse.
Continuó su ronda, pero una sensación de malestar crecía en él. Cada sombra parecía cobrar vida, cada sonido se magnificaba en su mente nerviosa. De repente, la temperatura parecía descender varios grados, envolviéndolo en un escalofrío repentino.
Decidió investigar el origen del ruido, aunque su instinto le decía que era mejor ignorarlo. Se adentró en el laberinto de pasillos, su linterna temblorosa iluminando puertas cerradas y maquinaria inactiva. El ambiente se volvía más opresivo con cada paso que daba.
Entonces, lo vio. Una figura oscura, apenas perceptible entre las sombras, se deslizaba por el pasillo en dirección opuesta. Juan sintió un nudo en el estómago y su mano instintivamente se aferró al mango de su linterna. "¿Quién está ahí?", gritó, pero su voz parecía perderse en el vacío.
La figura desapareció detrás de una esquina, dejando a Juan con el corazón acelerado y los sentidos alerta. Sabía que no estaba solo en la fábrica esa noche, y una sensación de pánico lo invadió mientras se preparaba para descubrir qué acechaba en las sombras.
Capítulo 1: La Vigilia Nocturna
La lluvia golpeaba con fuerza el techo metálico de la fábrica de frigoríficos, creando un ritmo monótono y sombrío que resonaba en los oscuros pasillos. Juan, el vigilante de seguridad, se sentía inquieto mientras recorría los interminables pasillos de la planta, su linterna iluminando apenas unos metros delante de él. Era una noche como cualquier otra, pero algo en el aire parecía diferente, como si una presencia invisible se moviera entre las sombras.
La fábrica estaba desierta, los trabajadores habían abandonado sus puestos horas antes. Juan se preguntaba por qué alguien querría robar en un lugar lleno de neveras, pero sabía que su trabajo era estar alerta, incluso en las noches más tranquilas.
El sonido de un golpe metálico lo sacó de sus pensamientos. Se detuvo en seco, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Miró a su alrededor, pero no había nadie a la vista. "Deben de ser los sonidos habituales de la fábrica", se dijo a sí mismo en un intento de calmarse.
Continuó su ronda, pero una sensación de malestar crecía en él. Cada sombra parecía cobrar vida, cada sonido se magnificaba en su mente nerviosa. De repente, la temperatura parecía descender varios grados, envolviéndolo en un escalofrío repentino.
Decidió investigar el origen del ruido, aunque su instinto le decía que era mejor ignorarlo. Se adentró en el laberinto de pasillos, su linterna temblorosa iluminando puertas cerradas y maquinaria inactiva. El ambiente se volvía más opresivo con cada paso que daba.
Entonces, lo vio. Una figura oscura, apenas perceptible entre las sombras, se deslizaba por el pasillo en dirección opuesta. Juan sintió un nudo en el estómago y su mano instintivamente se aferró al mango de su linterna. "¿Quién está ahí?", gritó, pero su voz parecía perderse en el vacío.
La figura desapareció detrás de una esquina, dejando a Juan con el corazón acelerado y los sentidos alerta. Sabía que no estaba solo en la fábrica esa noche, y una sensación de pánico lo invadió mientras se preparaba para descubrir qué acechaba en las sombras.
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