«Una parte de la conspiración contra los blancos en América es la creciente glorificación de la sedicente
historia negra. Ficticias hazañas de los neցros son presentadas como admirables, y proezas e inventos reales de los blancos y otros son falsamente atribuidos a los neցros. Por decisión presidencial, el mes de Febrero de 1995 ha sido proclamado Mes de la Historia Negra, durante el cual a los jóvenes blancos impresionables se les sirve una propaganda astutamente diseñada para hacer que se avergüencen de su herencia cultural, mientras inflaman a los no blancos con relatos de proezas inexistentes. Los festejos de la Historia Negra son unos virtuales Carnavales del repruebo hacia los blancos. ¿Cuántos crímenes han sido cometidos contra los blancos por neցros inflamados por tales lecturas? Los que crecimos creyendo que Washington, Jefferson, Franklin y otros eran grandes hombres dignos de emulación nos quedamos de piedra cuando vemos los nuevos héroes promocionados por educadores políticamente correctos. Martin Luther King recibe un culto que no se le da ni a Jesucristo. Salvajes brutales y supersticiosos como Shaka (el Rey Zulú) o comunistas como W.E.B. Dubose son descritos como estadistas. Figuras históricas reales, blancas, como Aníbal y Cleopatra son falsamente descritas como Negras para aportar una supuesta evidencia de que los neցros construían grandes civilizaciones mientras los antepasados de los blancos se vestían con pieles de animales.
«El lavado de cerebro de la juventud blanca es tan profundo que cualquier muchacho podría contestar una pregunta sobre Martín Luther King pero le costaría mucho poder decir algo sobre George Washington o Patrick Henry. Aún más siniestra es la campaña que consiste en presentar como malditos racistas, opresores y colonialistas a importantes figuras históricas blancas, que sólo querían oprimir a los no-blancos. Cristóbal Colón, en particular, ha sido la diana preferida de chiflados liberales, que desprestigian sus hazañas mientras lloriquean por su opresión de los pueblos indígenas.
«Una verdadera Historia Negra constituiría una demoledora acusación contra toda la raza que continúa revolcándose en la mugre, la enfermedad, la hambruna, la anarquía, la superpoblación y la ignorancia hasta el día de hoy. A pesar de cien o más años de ayuda del hombre blanco, están decayendo en vez de progresar. De hecho, debería decirse que la expresión de moda para describir sus tierras nativas, naciones en fase de desarrollo es una verdadera burla. La verdad es que los neցros revierten rápidamente a un estado primitivo en que se encontraban antes de la llegada de los colonos blancos. La Historia de la Raza Negra demuestra que nunca han tenido un lenguaje escrito. Nunca inventaron la rueda y su único medio para transportar mercancías consistía en colocar los fardos encima de las cabezas de sus mujeres. La hembra del sur muy sur trabaja y cría mientras su macho reposa borracho en la sombra.
«En el continente más rico de la tierra, los jovenlandeses andaban desnudos sobre toneladas de riquezas en forma de oro y diamantes. En África nunca construyeron una estructura más sofisticada que el hábitat del castor americano o la rata almizclera. Su sistema numérico consistía en tres números: uno, dos y muchos. Para atraer a miembros del sesso opuesto, se embadurnan la cabeza con excremento de vaca. Su arte consiste en pueriles esculturas notables tan sólo por su obsesión con los genitales masculinos. La religión universal del neցro es alguna forma de vudú y continúan practicando la esclavitud y el canibalismo. Esta sería una representación mucho más realista de la Historia Negra para nuestra juventud, en vez de las tremendas mentiras enseñadas por educadores liberales en nuestras escuelas. El objetivo real de su siniestro programa es la mezcolanza de las razas como iguales, para incrementar el promedio de matrimonios mixtos y, con ello, el hundimiento de la Civilización Occidental.
«Crímenes brutales cometidos por soldados neցros americanos contra la población civil británica durante la II Guerra Mundial, fueron mantenidos en secreto durante largos años. De hecho, la siguiente historia fue clasificada como Secreto Militar hasta que fue desclasificada y autorizada a ser publicada, el 14 de Junio de 1988, es decir, más de cuarenta años después de la comisión de los hechos. Unos mil soldados norteamericanos de raza negra habían sido estacionados cerca del pueblo de Kingsclere, Hampshire. En el corto periodo de tres meses habían aterrorizado la zona, asesinando a cuatro personas, robando en almacenes y en casas particulares, apaleando, acuchillando y violando a mujeres blancas. El 6 de Octubre de 1944, diez soldados neցros de la 3247 Compañía de Intendencia se ausentaron de su acuartelamiento sin permiso oficial. Entraron en el bar del Crown Hotel y exigieron bebidas. Dos miembros de la Policía Militar que se encontraban allí les pidieron ver sus permisos. Como no los tenían, se les ordenó que volvieran a la base, donde se tomaría una acción disciplinaria contra ellos. Se fueron, pero para entrar en la armería y apoderarse de carabinas y municiones. Volvieron al bar y dispararon a través de las ventanas, matando a los dos policías militares, al dueño del establecimiento y a su esposa. Tuvo que recurrirse a la Policía Metropolitana Inglesa para ayudar a los soldados norteamericanos a capturar a los neցros, que se habían diseminado por el bosque. Los diez fueron condenados a cadena perpetua en una prisión militar y devueltos a los Estados Unidos. No obstante, ninguno sirvió más de 20 años antes de ser liberado bajo palabra.
«El General Eisenhower dio personalmente la orden de que todo el asunto fuera clasificado como Top Secret (Máximo Secreto). Temía que si nuestros aliados hubieran conocido las tendencias criminales de los neցros norteamericanos, hubieran exigido que se les hubiera devuelto inmediatamente a los Estados Unidos. Los innumerables crímenes cometidos por soldados neցros norteamericanos en Inglaterra, Francia e Italia han permanecido, durante mucho tiempo, como Top Secret militares.
«La nulidad operativa de los soldados neցros en el Ejército Norteamericano ya quedó ampliamente patentizada en el transcurso de la 1 Guerra Mundial. A pesar de que en los cursos de Historia Negra las dos Divisiones Negras, la 92 y la 93, son presentadas como heroicas defensoras de América, la historia real es bien diferente.
«Unos 350.000 neցros sirvieron en el ejército durante la 1 Guerra Mundial. Murieron menos de 800, muchos de ellos en accidentes no relacionados con el combate. Ambas divisiones eran mandadas por oficiales blancos, incluyendo el Coronel Allen J. Greer y el General C.C. Ballou, de la 92. Refiriéndose a la conducta de los neցros durante la batalla del Argonne, el Coronel Greer dijo: "Las tropas negras fracasaron en todas sus misiones. Arrojaron sus armas y se escabulleron hacia la retaguardia, hasta que fueron retiradas del frente. Treinta suboficiales neցros fueron denunciados por cobardía y por incapacidad de impedir que sus tropas desertaran. Los franceses y nuestros oficiales de campo blancos hicieron todo lo que fue posible hacer, pero las tropas negras eran imposibles". El General Ballou expresó una evaluación más dura: "El soldado neցro, en general, es un fistro total en la oscuridad, y eso sólo ya lo convierte en inútil para el servicio".
«El comportamiento de los soldados neցros en las guerras en que ha participado el Ejército Norteamericano ha sido unánimemente criticado por sus jefes. El General Mark Clark, que tuvo neցros a sus órdenes en la campaña de Italia, en la II Guerra Mundial, y más tarde, en la Guerra de Corea, dijo que el valor militar de aquellos era nulo. Una unidad totalmente negra no me sirve para nada. Mezclar a neցros con blancos debilitará la efectividad de mis unidades. Lo mejor es tenerlos en misiones de intendencia, y encuadrados por oficiales y suboficiales blancos que impongan, como sea, una rígida disciplina. En la Guerra del VietNam, la muy oficial revista Army Times informó sobre unos 600 incidentes de fragging, es decir, echar, rodando, granadas bajo las literas de soldados que dormían. Esto causó la fin de 86 soldados y muchísimos heridos. En casi todos los casos, los responsables eran neցros y por ello se produjeron 22 condenas. El cabo neցro Bill Smith, fue acusado de arrojar una granada bajo las literas de dos oficiales blancos. Ambos resultaron muertos. El tribunal militar no pudo llegar a alcanzar un veredicto, por falta de pruebas, pese a los numerosos indicios, pero fue convicto de haber golpeado a los oficiales que fueron a arrestarle, y fue condenado a un año de prisión y expulsado del ejército.
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Nuestras conclusiones.
«La lectura de los textos precedentes ha de sorprender incluso a las personas menos proclives a ello. El lenguaje empleado, unas veces duro, otras incluso brutal, parece impropio de una personas que quiera expresarse con un mínimo de elegancia y corrección. Cualquier cosa puede decirse, pero incluso en el estado de ánimo más exaltado, debe prevalecer una exposición desapasionada y comedida. Sin embargo hay que comprender la actual situación de los Estados Unidos que vista desde la perspectiva europea es muy diferente de la realidad. El primer problema que preocupa en Estados Unidos es la pérdida de la identidad norteamericana. En 1970 había en Estados Unidos 203 millones de habitantes de los cuales el 16% no eran de raza blanca. En 1995 la población asciende a 262 millones y el 27% son de otras razas. En Europa porcentajes muy inferiores de inmi gración a los que soporta Estados Unidos han dado lugar a la aparición de fuertes partidos llamados de "populistas" y a una serie de medidas de regulación de la inmi gración dentro de los propios gobiernos en todos los países afectados.
«Pero el caso de Estados Unidos es peor pues constantemente los medios de comunicación, están sometiendo al ciudadano genuinamente americano a una propaganda de culpabilidad. Como el protagonista de "Los Peces de colores", el americano tiene la culpa de todo, de la esclavitud, de su abolición que en realidad no era más que una forma más despótica de esclavitud, de la integración forzada que no es más que una forma de humillación para las demás razas, de la igualdad que no es sino una forma de acentuar las desigualdades, de la ayuda al tercer mundo que siempre insuficiente y nunca se agradece, de todas las guerras en las que interviene Estados Unidos... El hecho de que las otras razas caminen hacia la mayoría cuantitativa no les presupone participar ni en una centésima, o milésima parte de la mala propaganda de que gozan los americanos en general. En Estados Unidos hay blancos y de otras razas, pero las guerras de Estados Unidos son -según se le presente al ciudadano medio americano- exclusiva responsabilidad de los blancos.
«Así pues no podemos ignorar que sólo un porcentaje muy pequeño de las cosas que ocurren obedece a la casualidad. Todo lo demás está promocionado, propugnado o difundido por razones ideológicas, políticas, religiosas, económicas, etc. Hoy vemos que se promociona una forma de vida americana. Los jóvenes españoles se visten como los neցros de las series televisivas, con sus gorros, con sus pantalones cortos hasta la rodilla... se mueven y bailan como ellos. Se fomenta una imagen concreta que es la que llega a nosotros de lo que suponemos debe ser América. Si pensamos rápidamente en algún anuncio callejero que tenga por tema el deporte, recordaremos inmediatamente a un atleta de tonalidad (neցro). El atletismo es neցro y así los neցros dominan en el baloncesto y, cosa absolutamente insólita, las televisiones españolas informan e incluso retransmiten la liga de baloncesto norteamericana. Sin embargo nadie parece darse cuenta de que el deporte americano por excelencia es el béisbol, donde predominan los jugadores blancos, y que nadie sabe en España ni como se juega, pese a que es tema de muchas películas y que nunca es motivo de una retransmisión ni siquiera con algún relevante motivo. Tampoco parece recordarse que el "rodeo" es un espectáculo genuinamente americano, de los WASPs (Blanco, Anglosajón, Protestante) y que nunca se ha podido ver un rodeo en España ni tampoco se ha retransmitido ninguno de los más famosos que tienen lugar en Estados Unidos. Podríamos citar innumerables ejemplos, pero únicamente mencionaremos el hecho de que existen en Estados Unidos diversas revistas, como las tituladas "SouthwesArt" o "Art of the West" donde en cada número aparecen docenas de buenos artistas figurativos actuales, sin publicar ni una sola obra que no sea de este estilo.
«Esto es precisamente lo "americano", pero lo que nos "exportan" es lo afro-americano, y nos lo exportan de mala manera, es más, no nos lo exportan, nos lo imponen, como con la cuota de actores de tonalidad en las películas americanas. Y que quede claro, por si alguien tenía alguna duda, de que nosotros no tenemos nada en contra de la cultura afro-americana. No pedimos que se limite la difusión de esta cultura, simplemente pedimos que también se difunda la otra, la de los que en definitiva son los genuinos norteamericanos, pues la actual actitud se convierte en racismo, pues ante posturas tan manifiestamente partidistas se producen, tarde o temprano, enfrentamientos. No se procura reconciliar sino enfrentar, no se procura suavizar las actitudes, sino acentuarlas y ello es tan evidente que si realizásemos una encuesta sobre una supuesta "Semana de historia negra" en Islandia y preguntásemos a los encuestados si creían que en esa historia se hablaría de lo bueno o de lo malo de los neցros, sin duda todos contestarían diciendo que de lo bueno, pese a que Islandia sea un país genuinamente blanco. Si contrariamente preguntásemos lo mismo sobre una supuesta "Semana de Historia Blanca" en Kenya, los encuestados probablemente contestarían que se trataría de lo malo de los blancos. ¿Alguien puede de verdad imaginar una semanas culturales en Mozambique donde se hablara de la gran labor civilizadora de los blancos, sus hospitales, sus escuelas, sus redes de comunicaciones..., olvidando los aspectos negativos?».
Fuente: Texto publicado de la revista española "Escritos Políticos" nº14 (Otoño 1995) y traducido literalmente de un articulo aparecido en "THE TRUTH AT LAST", la combativa publicación nacionalsocialista norteamericana (n° 383).
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