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Será en Octubre
ACTUALIZACIÓN:
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (en castellano y en vivo):
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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
+
Salve
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Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
---
Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
A continuación, el Evangelio de hoy martes y las lecturas:
“ ¡Muchacho, a ti te digo, levántate! ”
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3,1-13:
Querido hermano:
Es palabra digna de crédito que, si alguno aspira al episcopado, desea una noble tarea. Pues conviene que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, sensato, ordenado, hospitalario, hábil para enseñar, no dado al vino ni amigo de reyertas, sino comprensivo; que no sea agresivo ni amigo del dinero; que gobierne bien su propia casa y se haga obedecer de sus hijos con todo respeto.
Pues si uno no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?
Que no sea alguien recién convertido a la fe, por si se le sube a la cabeza y es condenado lo mismo que el diablo.
Conviene además que tenga buena fama entre los de fuera, para que no caiga en descrédito ni en el lazo del diablo.
En cuanto a los diáconos, sean asimismo respetables, sin doble lenguaje, no aficionados al mucho vino ni dados a negocios sucios; que guarden el misterio de la fe con la conciencia pura.
Tienen que ser probados primero y, cuando se vea que son intachables, que ejerzan el ministerio.
Las mujeres, igualmente, que sean respetables, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo.
Los diáconos sean maridos de una sola mujer, que gobiernen bien a sus hijos y sus propias casas. Porque quienes ejercer bien el ministerio logran buena reputación y mucha confianza en lo referente a la fe que se funda en Cristo Jesús.
Salmo de hoy
Sal 100 R/. Andaré con rectitud de corazón.
Voy a cantar la bondad y la justicia,
para ti es mi música, Señor;
voy a explicar el camino perfecto:
¿cuándo vendrás a mi?
Andaré con rectitud de corazón
Andaré con rectitud de corazón
dentro de mi casa;
no pondré mis ojos
en intenciones viles.
Andaré con rectitud de corazón
Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
ojos engreídos, corazones arrogantes,
no los soportaré.
Andaré con rectitud de corazón
Pongo mis ojos en los que son leales,
ellos vivirán conmigo;
el que sigue un camino perfecto,
ese me servirá.
Andaré con rectitud de corazón
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7,11-17
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su progenitora, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.
Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo:
«No llores».
Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!».
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su progenitora.
Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios diciendo:
«Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo».
Este hecho se divulgó por toda ****a y por toda la comarca circundante.
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Sor Cristina Tobaruela O. P., del Monasterio de las Dueñas (Salamanca).
Reflexión del Evangelio de hoy
El obispo tiene que ser irreprochable
Pablo le detalla a Timoteo las cualidades que deben tener los responsables de una comunidad cristiana, cualidades para desempeñar unas tareas poco valoradas en esos tiempos, como son el servicio y la administración. Habla de los que aspiran al cargo de obispo como algo digno de alabanza, pues denota una gran disponibilidad hacia la comunidad.
El título de “obispo” en este momento de la naciente Iglesia todavía aparece como sinónimo de presbítero; los obispos-presbíteros no sólo son administradores de lo temporal, sino que también están encargados de modo especial, de la enseñanza y del gobierno.
Todo lo que aquí se exige no es más que cuanto se puede esperar de un cristiano común, incluso de un hombre cualquiera, como mínimo de una conducta honrada: Se exige una vida conyugal irreprochable, sobriedad, ponderación, educación y hospitalidad, virtudes propias de un hombre público respetable. La capacidad de enseñar es también necesaria para desempeñar su cargo.
Se pide que el obispo no sea recién convertido para que no caiga en la tentación del orgullo. También se pide que el candidato goce de buena fama “entre los de fuera”, es decir, entre los no cristianos: esto redundará en bien de la Iglesia, ya que los cristianos viven en medio de los gentiles que juzgan por lo que se manifiesta exteriormente. Una conducta censurable de los cristianos daría “a los de fuera” derecho a rechazar el mensaje cristiano.
Las virtudes que se le piden al diácono, son también exigencias elementales encaminadas a evitar todo lo que puede causar disgusto y sufrimiento para los demás.
Las mujeres citadas en el v. 11 son las diaconisas, que también desempeñaban tareas de instrucción, de asistencia en el bautismo y de socorrer a las necesitadas, es decir, también eran “ministros” de la Iglesia, que desempeñaban un servicio público en la comunidad. Las cualidades que se les exigen son muy parecidas a las exigidas antes a los diáconos.
En definitiva, lo que se pide a los ministros de la Iglesia es integridad jovenlandesal, rectitud humana y capacidad para relacionarse bien con las personas, pues estas cualidades son importantes en la tarea de la difusión de la fe. Y esto vale para todo cristiano.
¡Muchacho, a ti te digo, levántate!
El encuentro de Jesús con la viuda de Naín, cuando ésta se dirigía a enterrar a su único hijo nos habla del profundo dolor del corazón humano ante el misterio de la fin, y de la misericordia del corazón de Cristo con los que sufren.
Jesús, en esta ocasión, se siente especialmente conmovido. Se trata del entierro del hijo único de una progenitora viuda. En tiempos de Jesús, el padre de familia era la garantía del sustento familiar. Estamos ante una progenitora, viuda y con su único hijo muerto, y por tanto, sin el apoyo necesario para sobrevivir.
Dice el texto que al verla «se compadeció de ella» y, delante de todos, le dijo: «No llores». Son palabras de consuelo, compasión y misericordia de Jesús ante una mujer que sufre. A diferencia de otros relatos de curación y milagros, el texto no habla de la fe de la viuda, ni de una petición de ayuda, sino de la compasión de Cristo, que toma la iniciativa, y, con un gesto cargado de autoridad tocó el féretro, y los que lo llevaban se detienen sorprendidos de que no tuviera miedo de incurrir en impureza legal.
Jesús no ora a Dios para que volviera a la vida, sino que pronuncia, por su propia autoridad, en cuanto Señor, la orden dirigida directamente al muerto. Y con sólo su palabra —«muchacho, levántate»— resucitó al muerto. El que con la autoridad de unas palabras hace lo que dice, sólo puede ser Dios. La Vida se hacía presente para vencer la fin. No hay mejor forma de autoproclamarse Dios sin necesidad de decirlo expresamente.
En la tradición judía, Dios es considerado como aquel que hace lo que dice. La resurrección del hijo de la viuda de Naín es una prueba de la presencia de Dios entre los hombres. De ahí que los testigos del hecho, según dice el evangelista, sobrecogidos, glorificaban a Dios y decían: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros, Dios ha visitado a su pueblo».
Lucas presenta este relato subrayando claramente dos ideas. Por un lado, que Jesús es Dios, el Hijo de Dios, que tiene autoridad para hacer obras maravillosas; que se compadece del dolor humano y ama a los hombres. Y, por otro lado, que es el Señor de la Vida, con poder sobre la fin, más aún, que tras*forma la fin en vida. Y este es el mensaje final de este relato evangélico: la última palabra no la tiene el mal, ni el pecado ni la fin; la última palabra es de Dios y de la Vida. Ya lo dijo Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida» (Jn 5, 24).
Jesús ha resucitado muertos: para enseñarnos que él es la Resurrección y la Vida y que creyendo en él participaremos en su misma resurrección.
Fuente: ¡Muchacho, a ti te digo, levántate!
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (en castellano y en vivo):
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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
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Salve
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Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
¿Cómo rezar el rosario? Guía visual, paso por paso
Aquí te contamos cómo rezar el rosario. Si eres principiante puedes empezar por rezar un misterio al día hasta que logres completarlo todo.
catholic-link.com
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
Beneficios de la Palabra
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
A continuación, el Evangelio de hoy martes y las lecturas:
“ ¡Muchacho, a ti te digo, levántate! ”
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3,1-13:
Querido hermano:
Es palabra digna de crédito que, si alguno aspira al episcopado, desea una noble tarea. Pues conviene que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, sensato, ordenado, hospitalario, hábil para enseñar, no dado al vino ni amigo de reyertas, sino comprensivo; que no sea agresivo ni amigo del dinero; que gobierne bien su propia casa y se haga obedecer de sus hijos con todo respeto.
Pues si uno no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?
Que no sea alguien recién convertido a la fe, por si se le sube a la cabeza y es condenado lo mismo que el diablo.
Conviene además que tenga buena fama entre los de fuera, para que no caiga en descrédito ni en el lazo del diablo.
En cuanto a los diáconos, sean asimismo respetables, sin doble lenguaje, no aficionados al mucho vino ni dados a negocios sucios; que guarden el misterio de la fe con la conciencia pura.
Tienen que ser probados primero y, cuando se vea que son intachables, que ejerzan el ministerio.
Las mujeres, igualmente, que sean respetables, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo.
Los diáconos sean maridos de una sola mujer, que gobiernen bien a sus hijos y sus propias casas. Porque quienes ejercer bien el ministerio logran buena reputación y mucha confianza en lo referente a la fe que se funda en Cristo Jesús.
Salmo de hoy
Sal 100 R/. Andaré con rectitud de corazón.
Voy a cantar la bondad y la justicia,
para ti es mi música, Señor;
voy a explicar el camino perfecto:
¿cuándo vendrás a mi?
Andaré con rectitud de corazón
Andaré con rectitud de corazón
dentro de mi casa;
no pondré mis ojos
en intenciones viles.
Andaré con rectitud de corazón
Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
ojos engreídos, corazones arrogantes,
no los soportaré.
Andaré con rectitud de corazón
Pongo mis ojos en los que son leales,
ellos vivirán conmigo;
el que sigue un camino perfecto,
ese me servirá.
Andaré con rectitud de corazón
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7,11-17
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su progenitora, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.
Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo:
«No llores».
Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!».
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su progenitora.
Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios diciendo:
«Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo».
Este hecho se divulgó por toda ****a y por toda la comarca circundante.
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Sor Cristina Tobaruela O. P., del Monasterio de las Dueñas (Salamanca).
Reflexión del Evangelio de hoy
El obispo tiene que ser irreprochable
Pablo le detalla a Timoteo las cualidades que deben tener los responsables de una comunidad cristiana, cualidades para desempeñar unas tareas poco valoradas en esos tiempos, como son el servicio y la administración. Habla de los que aspiran al cargo de obispo como algo digno de alabanza, pues denota una gran disponibilidad hacia la comunidad.
El título de “obispo” en este momento de la naciente Iglesia todavía aparece como sinónimo de presbítero; los obispos-presbíteros no sólo son administradores de lo temporal, sino que también están encargados de modo especial, de la enseñanza y del gobierno.
Todo lo que aquí se exige no es más que cuanto se puede esperar de un cristiano común, incluso de un hombre cualquiera, como mínimo de una conducta honrada: Se exige una vida conyugal irreprochable, sobriedad, ponderación, educación y hospitalidad, virtudes propias de un hombre público respetable. La capacidad de enseñar es también necesaria para desempeñar su cargo.
Se pide que el obispo no sea recién convertido para que no caiga en la tentación del orgullo. También se pide que el candidato goce de buena fama “entre los de fuera”, es decir, entre los no cristianos: esto redundará en bien de la Iglesia, ya que los cristianos viven en medio de los gentiles que juzgan por lo que se manifiesta exteriormente. Una conducta censurable de los cristianos daría “a los de fuera” derecho a rechazar el mensaje cristiano.
Las virtudes que se le piden al diácono, son también exigencias elementales encaminadas a evitar todo lo que puede causar disgusto y sufrimiento para los demás.
Las mujeres citadas en el v. 11 son las diaconisas, que también desempeñaban tareas de instrucción, de asistencia en el bautismo y de socorrer a las necesitadas, es decir, también eran “ministros” de la Iglesia, que desempeñaban un servicio público en la comunidad. Las cualidades que se les exigen son muy parecidas a las exigidas antes a los diáconos.
En definitiva, lo que se pide a los ministros de la Iglesia es integridad jovenlandesal, rectitud humana y capacidad para relacionarse bien con las personas, pues estas cualidades son importantes en la tarea de la difusión de la fe. Y esto vale para todo cristiano.
¡Muchacho, a ti te digo, levántate!
El encuentro de Jesús con la viuda de Naín, cuando ésta se dirigía a enterrar a su único hijo nos habla del profundo dolor del corazón humano ante el misterio de la fin, y de la misericordia del corazón de Cristo con los que sufren.
Jesús, en esta ocasión, se siente especialmente conmovido. Se trata del entierro del hijo único de una progenitora viuda. En tiempos de Jesús, el padre de familia era la garantía del sustento familiar. Estamos ante una progenitora, viuda y con su único hijo muerto, y por tanto, sin el apoyo necesario para sobrevivir.
Dice el texto que al verla «se compadeció de ella» y, delante de todos, le dijo: «No llores». Son palabras de consuelo, compasión y misericordia de Jesús ante una mujer que sufre. A diferencia de otros relatos de curación y milagros, el texto no habla de la fe de la viuda, ni de una petición de ayuda, sino de la compasión de Cristo, que toma la iniciativa, y, con un gesto cargado de autoridad tocó el féretro, y los que lo llevaban se detienen sorprendidos de que no tuviera miedo de incurrir en impureza legal.
Jesús no ora a Dios para que volviera a la vida, sino que pronuncia, por su propia autoridad, en cuanto Señor, la orden dirigida directamente al muerto. Y con sólo su palabra —«muchacho, levántate»— resucitó al muerto. El que con la autoridad de unas palabras hace lo que dice, sólo puede ser Dios. La Vida se hacía presente para vencer la fin. No hay mejor forma de autoproclamarse Dios sin necesidad de decirlo expresamente.
En la tradición judía, Dios es considerado como aquel que hace lo que dice. La resurrección del hijo de la viuda de Naín es una prueba de la presencia de Dios entre los hombres. De ahí que los testigos del hecho, según dice el evangelista, sobrecogidos, glorificaban a Dios y decían: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros, Dios ha visitado a su pueblo».
Lucas presenta este relato subrayando claramente dos ideas. Por un lado, que Jesús es Dios, el Hijo de Dios, que tiene autoridad para hacer obras maravillosas; que se compadece del dolor humano y ama a los hombres. Y, por otro lado, que es el Señor de la Vida, con poder sobre la fin, más aún, que tras*forma la fin en vida. Y este es el mensaje final de este relato evangélico: la última palabra no la tiene el mal, ni el pecado ni la fin; la última palabra es de Dios y de la Vida. Ya lo dijo Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida» (Jn 5, 24).
Jesús ha resucitado muertos: para enseñarnos que él es la Resurrección y la Vida y que creyendo en él participaremos en su misma resurrección.
Fuente: ¡Muchacho, a ti te digo, levántate!
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
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