Pues en holanda funcionó.
Y las ciudades se forran con el impuesto del 50% que tienen los coffee shops donde se vende la hierba. Un canuto vale sobre 6 euros, de los cuales 3 van para el ayuntamiento.
De hecho los traficantes marroquíes de hachís tuvieron que reconvertirse a la farlopa, las pastillas y otras drojas ilegales que controlaban los turcos y como no habia tarta para todos se empezaron a masacrar entre ellos por el mercado y cada semana durante años han ido apareciendo cabezas cortadas (marca de los jovenlandeses) en Amsterdam y otras ciudades por las guerras que tenían entre bandas para sobrevivir hasta que fueron eliminándose entre ellos, y aunque siguen siendo un dolor de cabeza por su actividad mafiosa con dronjas duras, van cada vez a peor por la falta del mercado masivo que es el del cannabis.
Se cambió un problema sanitario, de criminalidad organizada, de corrupción y de orden público en un problema sanitario a secas, del que ademas se obtienen enormes ingresos por impuestos (lo que antes iba para la buchaca del mafioso, ahora va para la hucha del burgomaestre).
Veamos el tema como fue en Amsterdam.
En 2003 se legalizo el consumo privado y en 2005 se regularon los coffee shops. Esto pasó con todos los indicadores de crimen, especialmente los marroquíes y los antillanos que controlaban en mercado de la grifa se hundieron en su actividad.
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Y por tipo de delito, igual.
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Y curiosamente, como esta prohibido el marketing o publicidad sobre el cannabis, el consumo se ha reducido, ya que nadie te va a ofrecer hachis por la calle, como pasaba antes que en un paseo por la noche te podian entrar cuatro o cinco veces. Sinceramente, el cannabis se ha convertido en una droja social, ver como se fuma un canuto tu vecina de 90 tacos en el jardín tranquilamente le quita todo el morbo de lo prohibido a los porros.