Lo perverso del sistema es promover la aceptación sumisa de la érronea concepción de la salud y la enfermedad que tiene la sociedad occidental moderna, fomentada por la mafia médica que ha monopolizado la salud pública creando el más lucrativo de los negocios.
Las grandes empresas farmacéuticas controlan no sólo la investigación sino también la docencia médica, desde las mismas facultades de medicina se sustenta el modelo sanitario basado en la enfermedad en lugar de en la salud, que cronifica enfermedades y mantiene a los ciudadanos ignorantes y dependientes de él y totalmente manipulables.
Nos curamos solo en la medida que esos monopolios les interesa, y demasiadas veces nos enfermamos, sufrimos más de los que deberiamos y nos morimos, simplemente por “ajustes del mercado” en las estrategias de las grandes empresas farmacéuticas.