Es francamente lamentable
Como lectora asidua del foro, he devorado en innumerables ocasiones los escritos de Alberto y ahora, que ya no está entre nosotros, me queda el regusto amargo de su lamentable pérdida.
Para él, las preocupaciones, resquemores y miedos ya no tienen relevancia, y me queda el recuerdo de alguien que defendió sus ideas y sus principios con rigor y grandes dosis de humanidad.
Un abrazo y un beso muy grandes a su familia y amigos.
QEPD.