Aunque pudiera parecer que la carta es un intento por hallar la razón de todo o excusar a los terroristas la verdad es que es más bien un lamento de desilusión al por mayor.
Esa y no otra es la razón por la que siempre he descartado la docencia como actividad.
Los educadores terminan por llamarse a engaño. Uno puede creer o no en el temario y los contenidos que se ve en la obligación de impartir. Lo que sucede es que para ser mínimamente creíble termina por practicar una inmersión en la materia, pierde la perspectiva y lo dicho: se llama a engaño desacertadamente.
En el mejor de los mundos posibles los críos a su cargo son de familias que no tienen el porque seguir el modelo ideal que el educador pueda tener en mente. Durante el tiempo de colegio los niños, muy maleables, no parecen tener dificultades en asimilar toda la doctrina que les viertas con la mejor de las intenciones. Y además, aunque finalmente no puedan incrustarla a su realidad si el profesor es bueno nunca dejarán de estar agradecidos
Pero finalmente regresan al hogar y ahí no se tiene el porque tener la misma visión del mundo que se tiene en la escuela. La docencia crea un universo paralelo dentro de cuatro paredes y cuyas fuentes son los libros o las teorías. Yo estoy a favor de la cultura y de la educación. Es un pilar fundamental pero no es la panacea que pone a todo remedio.
La gente se extraña de que el imán y el preceptor del mismo pudieran campar a sus anchas aún con causas judiciales o extradiciones pendientes. Nadie ha preguntado por la política que ha permitido a esas minorías acceder (posiblemente de pueblos enteros) al territorio español ni que favores se debían a cambio de asegurar una determinada mano de obra. Contar milongas de libros de texto a chavales que al llegar a casa son conocedores de primera mano del escalafón social de sus progenitores tiene ya de por si su peligro. Pero hacerlo cuando lo que tienes es un getto construido expresamente para el mejor control de la situación es temerario.
El que monta el getto cree que así tiene el poder sobre la minoría y olvida que esta tratando con gente que culturalmente esta con usos de la edad media. El control real de esa comunidad la ejerce el mediador o quien sea designado para eso en sus lugares de orígenes.
Que Younes la ha dejado medio traumatizada... Ese chico es el que mejor sostenía la dualidad con la que tienen que lidiar por fuerza, cumplía bien las órdenes, conducía medio decente y huir corriendo se le daba de miedo. Pero ni de lejos es el más listo o inteligente. Ese, con diferencia, es el que no deja que el tema lo implique de lleno (termina siempre como "colaborador") o el que aunque vaya de cabeza como inmolable, maniobra y consigue zafarse. (un artistazo)
P.d. en lo que si coincido plenamente es que como educadora haría bien en preocuparse de los efectos del atentado en las víctimas o la incidencia en el resto de su alumnado, ajeno a ese grupito radical. Son muchos más y tiene más sentido. Pero ya digo que los educadores terminan un poco pallá de tanta teoría enlatada y tontería... Pudiera parecer que son de mente abierta y progresistas (los famosos e incoherentes progres). Pero lo que realmente sucede es que terminan pirados