Todas las teles están diciendo que el 155 es un desastre, y dando voz a todos lo que están en contra de él más o menos abiertamente: independentistas, nacionalistas, izquierda abierta, Podemos, PSOE, PSC...
Es la señal de que lo que le conviene al pueblo español, es la aplicación, tan dura como se pueda, del 155.
Y si se está planteando, solo es porque se exigió desde Europa, y por esa exigencia el cambio de discurso de latinoamericano Sánchez.
Unas elecciones autonómicas y la paralización del 155 serían un desastre para los españoles: la primera piedra de un pacto fiscal con Cataluña o, peor, un futuro estado asociado catalán. Como mínimo, eternizarían la situación actual de Cataluña, que es un desastre de adoctrinamiento y dominio del entramado nacionalista de absolutamente todas las instituciones culturales, políticas, económicas y deportivas.
De esta solo nos salvamos con un evento dramático: un la adanpandansia, o una intervención del Estado, dura y duradera.
Si no pasa algo de esto, si vamos a elecciones, apaguen la tele y olvídense del tema. Ya no habrá nada que hacer.