Bachar al-Assad gana la batalla mediática
por Pierre Khalaf
Socios | Beirut (Líbano) | 26 de septiembre de 2013
Por Ghaleb Kandil
Los medios de prensa estadounidenses y europeos han divulgado últimamente decenas de artículos e investigaciones sobre Siria, mencionando temas que desde hace un año habían venido ocultando. Se han publicado así las imágenes de las atrocidades cometidas por los rebeldes, fotos de decapitaciones, canibalismo y otros actos de barbarie perpetrados por los seudorevolucionarios. Esa toma de conciencia mediática coincide con las amenazas de agresión militar del presidente estadounidense Barack Obama contra Siria.
Ese cambio de tono se refleja sobre todo en la severa crítica contra Obama que hizo la célebre jueza Jeanine Pirro, el 12 de septiembre [de 2013], a través de FoxNews. Ese canal de televisión, dirigido por los conservadores, abrió un verdadero proceso político contra la decisión de la guerra contra Siria. Su conclusión fue que Barack Obama quiere emprender una nueva aventura bélica al servicio de al-Qaeda, que lucha contra el Estado sirio.
Y los hechos le han dado la razón. El primer vicedirector del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), Serguei Smirnov ha declardo que entre 300 y 400 mercenarios rusos están luchando en las filas de los extremistas que operan en Siria. Esos mercenarios «acabarán regresando, lo cual representa –naturalmente– un gran peligro», indicó el responsable
El pasado miércoles, el ministro del Interior de Francia, Manuel Valls, declaró que 130 franceses luchan en las filas de los extremistas en Siria, subrayando seguidamente que su posible regreso a Francia es causa de inquietud debido al peligro que pueden representar esos individuos.
Ese cambio de actitud de los medios de prensa occidentales se debe, en primer lugar, al fracaso de la guerra que los gobiernos occidentales, las petromonarquías retrógradas del Golfo y Turquía desataron contra el Estado sirio desde hace dos años y medio. Además, todos los sondeos realizados en Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña han demostrado el rechazo de la opinión públicas de esos países a la guerra contra Siria. En el Reino Unido, el Parlamento incluso expresó la voluntad popular al rechazar la proposición del primer ministro David Cameron de participar en una acción militar directa contra Damasco.
El rechazo popular al inicio de una nueva guerra tiene su origen en las derrotas que Estados Unidos y sus aliados han sufrido en Irak, en Afganistán, en la franja de Gaza y en las tres guerras israelíes desatadas contra el Líbano –en 1993, 1996 y 2006. Esos conflictos tuvieron graves repercusiones en sus economías y dejaron además profundas huellas en la memoria colectiva de sus pueblos. La resistencia del Estado sirio ante la guerra universal que está enfrentando, la caída de la Hermandad Musulmana en Egipto y el debilitamiento de Turquía han venido a consolidar la opción de la opinión pública a favor de la paz.
La mayoría de los artículos e investigaciones publicados en los medios occidentales ofrecen al fin una imagen cercana de la realidad sobre lo que está pasando en Siria, con un Estado dispuesto a emprender reformas serias y que lucha contra bandas de mercenarios extremistas, en su mayoría miembros de al-Qaeda. Las fachadas «democráticas» que Occidente construyó para sus agentes se han desmoronado y aparece ahora el verdadero rostro de la rebelión. Takfiristas, criminales, asesinos de niños, violadores y caníbales, ¡esa es la composición de las bandas reclutadas, entrenadas, armadas, financiadas y alimentadas por las ilustres democracias de Arabia Saudita y Qatar!
En sus recientes apariciones en los medios occidentales, el presidente sirio Bachar al-Assad logró romper la muralla del silencio y mostrar a la opinión pública la verdadera imagen de lo que sucede en su país. Sus argumentos, su sentido común, su lógica, respaldados siempre con hechos, pruebas y cifras, han logrado convencer a muchas personas, tanto entre el ciudadano común como entre las élites intelectuales y los políticos honestos. Lo cual no quiere decir la opinión pública occidental se haya vuelto favorable al régimen [sirio] sino que ha comprendido la realidad sobre lo que está pasando en Siria, una verdad que la gigantesca máquina mediática, controlada por los gobiernos de Estados Unidos. de Europa y los emires del Golfo se esforzaron por esconder durante 2 años y medio. Después de haber ganado la batalla política y diplomática, con ayuda de su aliado ruso, y de haber tomado la iniciativa en la batalla militar, con el respaldo del Hezbollah y de Irán, Siria está ganando la batalla mediática.
El otro factor determinante en el cambio de actitud de la opinión occidental es la posición del Vaticano. La Santa Sede se opone resueltamente a toda agresión militar contra Siria. Su posición está determinada por su compromiso con la defensa de la causa de los cristianos del Oriente, cuya existencia se ve hoy amenazada por los takfiristas que pretenden destruir el último Estado laico del Oriente, que garantiza la libertad de religión de todos sus ciudadanos.
El día de plegaria por Siria, celebrado el 7 de septiembre por exhortación del Vaticano, reunió a millones de fieles en las iglesias del mundo entero, incluso en Estados Unidos. Ese impulso solidario ha sido también de gran importancia para la opinión pública.
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