Todavía queda la esperanza de que los funcionarios del primer grupo vayan desmontando la España de los cortijos del segundo grupo.
El agravio comparativo en todos los sentidos con el grupo de los corruptos: sueldo, responsabilidad, condiciones, medios, horarios, etc. es escandaloso para encima tener que aguantar que les identifiquen con los corruptos después de dejarse la piel en la oposición y en el trabajo y les digan que se dan la vida padre (como sí hacen los corruptos en sus puestos de pinta y colorea).