Anticulé, defensa malo y obseso del golf: el retrato del último aliado que huye de Laporta
Mallorca, Valencia, Barça y un no al Madrid... Mateu Alemany, un ejecutivo cotizado que va de club en club como si fuera un galáctico del mercado
El anuncio de la marcha de Mateu Alemany (Andratx, 1963) cuando acabe la temporada sacudió al barcelonismo y dejó en un segundo plano la posibilidad de que el equipo de Xavi esté a un paso de conseguir la Liga tras la victoria ante el Osasuna y la derrota del Madrid en Anoeta. La potente oferta del Aston Villa se agita como la causa de su salida pero las injerencias en su trabajo, las penurias económicas, el peso de los asesores del presidente, la guerra entre Laporta y su amigo Tebas o los intereses de los agentes que mantienen estrechos lazos con el presidente, como Jorge Mendes y Pini Zahavi, son algunas de las causas.
«Mateu Alemany no es una persona que se mueva por dinero. Nadie cambiaría un club por otro solo por dinero», explicaba en Radio Marca Santi Cañizares, que lo conoce bien de su etapa en el Valencia. «El Aston Villa me parece un destino normal si no estás trabajando a gusto en un sitio. Seguramente allí tenga una autonomía de la que no goza en Barcelona», añadió. Alemany percibe en el Barcelona 1,4 millones, contando el plus por jugar la Champions, pero el fijo era realmente bajo. El Aston Villa le triplica ese fijo, con lo que no llegará a los tres millones de euros.
Pierde el Barcelona a uno de los artífices de la reconstrucción del equipo y el gran agitador del pasado mercado estival. Devolvió la ilusión al 'soci' con el fichaje de Lewandowski en plena crisis económica de la entidad (trajo a ocho jugadores por un total de 158 millones gracias a la activación de las famosas palancas) y con su personalidad y soluciones imaginativas consiguió que Alves aceptara jugar por el salario mínimo, que Adama Traoré cobrara menos que en el Wolves, que Aubameyang también renunciara a parte de su salario o que Umtiti renovara con un fijo más bajo y difiriendo su sueldo para ganar margen salarial.
Mateu Alemany se crio entre el Puerto de Andratx y la Sierra de Tramuntana, envuelto por el agradable clima mallorquín que bendice el sur de la isla mayor de las Baleares y disfrutando del mar, por donde navegaba junto a su hermano en un pequeño barquito que compartían. Enamorado de la isla y del Mediterráneo, disfrutaba con las historias que le contaba su padre, Bartolomeu, capitán de la marina mercante, al igual que muchos de sus familiares. Su progenitora se dedicaba a la enseñanza. Fue profesora en el colegio Sagrados Corazones.
La prueba en el Mallorca
La vocación de su progenitora y las amistades de su padre, le llevaron a no descuidar su formación. Tomeu, como llamaban al padre de Mateu (es un diminutivo del nombre en mallorquín), se crio con Baltasar Porcel, uno de los mejores escritores que ha dado la isla y cuya literatura retrata a la Mallorca pescadora y la tierra en la que el actual ejecutivo creció. Amigos íntimos, era habitual verles juntos y el escritor frecuentó la casa de los Alemany hasta que falleció en 2009. Mientras algunos de sus amigos disfrutaban del mar, sorteaban turistas en verano y gozaban de las estrelladas noches andragenses, Alemany apostó por los estudios hasta que se licenció en derecho por la Universidad de las Islas Baleares, profesión que nunca ejerció. Su pasión por el fútbol se impuso, aunque la suerte también tuvo buena parte de culpa: cuando menos lo esperaba, leyendo el periódico, vio en un anuncio una oferta de trabajo. El Mallorca necesitaba un ayudante de gerente. Se presentó, superó la selección y todas las pruebas.
Entonces tenía 25 años y combinó durante unos años el trabajo con la práctica del fútbol. Ahí se perdió un futuro abogado en Derecho Mercantil, pero nació un gran gestor. Alemany jugó en el Andratx y en el Mallorca, en Tercera división, aunque destacó más en fútbol sala, alcanzando la División de Honor en las filas del Buades Electricista. Jugaba de cierre y se retiró a los 36 años. «Era malo. Mis condiciones técnicas eran flojitas, pero sobre todo, era insoportable dentro del campo. Quería ganar siempre«, reconoce. Un carácter que no ha perdido. Hoy en día no soporta perder al golf (llegó a tener 9,8 de handicap) o al pádel, sus otras dos grandes pasiones. En Mallorca, siempre que puede comparte los palos con Rafa Nadal y su tío Miguel Ángel.
Por aquella época el club se sus amores era el Mallorca, pasión que le venía de su infancia, cuando su padre y su abuelo le llevaban al Lluis Sitjar, aunque en Andratx todos conocían su querencia hacia el Real Madrid y su declarado antibarcelonismo. Por eso entre los 'andritxoles' sorprende que rechazara una oferta de Florentino Pérez cuando el Madrid acababa de ganar la Octava y después fichara por el Barcelona. «Cuando jugaba a fútbol le encantaba ir a jugar contra el Barça porque además de intentar ganarles, decía que le gustaba pisar el escudo que el club azulgrana dibuja en los terrenos de juego y en las pistas polideportivas», asegura un amigo de infancia a este diario. «Es el único galáctico que no he podido fichar», lamenta Florentino Pérez cada vez que le preguntan por Alemany. Pero entonces, Mateu prefirió ayudar al Mallorca, que estaba atravesando una mala época.
El balear vivió en primera persona el paso por toda la cadena jerárquica de un club. Entró en 1990 como adjunto a la gerencia del Mallorca y en diez años fue nombrado presidente. En un continuo baile de propietarios que duró una década, Alemany fue gerente, director general, Consejero delegado y finalmente, en el año 2000, máximo mandatario. Estuvo cinco temporadas sentado en el sillón presidencial y logró el último gran título que se ha levantado, la Copa del Rey, con Gregorio Manzano en el banquillo. No obstante, en esta primera etapa ya destacó como gestor, cerrando operaciones importantes (vendió por valor de 13.000 millones y adquirió por valor de 3.000 millones, o así se contó) que fueron la base del éxito de su proyecto. Walter Pandiani (Deportivo), Nene (cedido del Santos), Juan Arango (Club Puebla), Luis García (Real Murcia) o Samuel Eto'o (Real Madrid), fueron alguna de ellas.
Este último fue traspasado en 2005 al Barça por 27 millones de euros. Fue ahí cuando conoció a Laporta, que delegó en él la negociación con Florentino. Un año más tarde del traspaso del camerunés se marchó del club y se fijó como objetivo presidir la RFEF, paro desbancar a Angel Maria Villar en 2007. El apoyo de Javier Tebas (ahí nace la gran relación con el presidente de LaLiga) fue insuficiente.
En 2009 y con el Mallorca en una gravísima crisis económica regresó al club y lo salvó del descenso, pero no pudo evitar que la entidad entrara en concurso de acreedores. En 2010 vendió sus acciones a Lorenzo Serra Ferrer. «Me desvinculo del Mallorca y no volveré. A partir de aquí, está claro que mis conocimientos están centrados en el sector futbolístico y si surge un tipo de trabajo vinculado con el fútbol que me motive, no descarto aceptarlo», aseguró Alemany en aquel momento.
Y en marzo de 2017 le llegó la propuesta de Peter Lim, propietario del Valencia para ser su director general. Con él llegó Marcelino García Toral, devolvieron al club a lo alto de la clasificación y levantaron una Copa del Rey en 2019 tras ganarle la final al Barça de Ernesto Valverde. De su mano llegaron futbolistas como Coquelin (Arsenal), Guedes (PSG), Kondogbia (Inter de Milán), Gameiro (Atlético de Madrid), Wass y Maxi Gómez (Celta) o Cheryshev (Villarreal).
Pero las fricciones con Anil Murthy, presidente y cadena de tras*misión con Singapur, acabaron con su salida, lamentada por la afición. Fue un ataque de celos de Murthy, que no soportaba la buena relación de Alemany con los medios de comunicación (regularmente ofrecía una rueda de prensa para explicar por dónde iba el camino del Valencia), su manejo de un entorno complicado, su discurso entendible o que se estuviera llevando el protagonismo del centenario che. El 7 de noviembre de 2019 fue destituido. Desde entonces, el Valencia pelea por la permanencia y ha tenido a seis entrenadores. Y Alemany sigue por el mercado como si fuera un delantero centro.
Mallorca, Valencia, Barça y un no al Madrid... Mateu Alemany, un ejecutivo cotizado que dijo va de club en club como si fuera un galáctico del mercado
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