Todos sabemos el tipo de calaña al que pertenecen esos 5 cabestros, jovenlandeses del norte, es decir, sevillanos, analfabetos que viven del estado, campan a sus anchas en esta sociedad donde se exige responsabilidad 0 por tus actos.
Ellos viajan a un sitio donde los hosteleros y el ayuntamiento prometen impunidad si gastas dinero, es decir, que si pagas toda la bebida que consumas puedes saltarte las normas sociales, éticas y morales como y cuando quieras.
El papel de las chicas que van allí no es sino de mero cebo comercial para gañanes asilvestrados que van a gastarse su escaso jornal en pos de tocar una berza "gratis".
El consistorio lo sabe y ahora se suma a la corriente feminista radical para intentar lavar la cara al asunto, pero no les interesa poner remedio, que no sería otro que prohibir el comportamiento animal en sus calles, prefieren el beneficio económico.
Por otro lado, no sé si la chica era consciente de que alguien que bebe hasta perder el conocimiento pone su integridad física a merced del azar, de la categoría moral de las personas que te encuentres, y eso, en Pamplona, es asumir un riesgo altísimo.