Artículos de Santiago Niño Becerra (post oficial)

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eduenca

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Opinión, 20 de Agosto de 2007

Negación

Santiago Niño Becerra


El proceso es conocido.

Es habitual que cuando a una persona se le diagnostica una enfermedad grave su primera reacción sea negar la evidencia, es decir, negar que algo como lo que le están diciendo le esté sucediendo a ella. Luego, después, vendrán otras reacciones; unas personas tienden a despotricar contra el Destino que les ha abocado a esa situación en la que se encuentran, otras, en cambio, afrontan su estado con lógica y entereza.
El momento en el que ahora se halla la economía mundial es el primero de los arriba descritos, aunque, en realidad, se encuentra en el instante previo a su inicio ya que, aún, no se ha realizado oficialmente el diagnóstico de su enfermedad, pero ya falta muy poco para ello; lo que sí ha sido detectado por el equipo médico que asiste a la economía es que algo extraño, y de muy difícil tratamiento le está afligiendo.
No obstante, ya están apareciendo expertas/os que dicen que nada malo va a suceder al paciente porque tal o cual órgano de esta o aquella zona de su anatomía se hallan perfectamente; así, unos dicen que la banca de tal país es sólida, otros que el mercado inmobiliario de aquel país es estable, otros más que los fundamentos de aquí y de allá están sanos. ¡Por favor!, quienes así hablan, ¿no saben en qué consiste esa cosa denominada globalización?.
La globalización se caracteriza por la tendencia a que desaparezcan todas las fronteras, tanto las políticas como las económicas; las segundas, de hecho y prácticamente, ya han desaparecido. Como consecuencia -inmediata- de ello la información deja de ser nacional o zonal y se convierte en global, por ello, cuando algo sucede en un sitio, y, cómo a través de la globalización, la economía de ese sitio está interconectada con e interpenetrada por la economía de todos los demás sitios, eso que en ese sitio acontece causa efectos inmediatos y casi instantáneos en los demás sitios.
Que unos cuantos bancos USA se fuesen a la hez porque unas personas a quienes se les concedió un crédito hipotecario no puedan pagar sus cuotas, tendría una importancia relativa en un mundo no interconectado; pero el hecho de que todos los lugares de ese mundo sean, en términos económicos, un solo lugar, hace que un problema en un sitio se transforme, inmediatamente, en EL problema, y si ese problema está liado como una madeja con al que un alegre gato ha estado jugando, y si, además, en ese problema está involucrada mucha gente que ha movido mucha pasta, y si, para completar el cuadro, quienes tienen que pagar lo que deben no lo hacen, el follón está servido; y es pueril decir que ‘no pasará nada’ porque la banca de tal país es sólida, ni porque el mercado inmobiliario de aquel país es estable, ni porque los fundamentos de aquí y de allá están sanos. Y, además de los ademases, la globalización supone otra cosa, y más la de hoy en día.
La globalización de hoy está basada en el crédito, en el crédito internacional, por lo que la oferta monetaria de un país es parte de LA oferta monetaria. Si falta pasta en un lugar, faltará pasta en todos los lugares, por lo que inyectar liquidez en ese lugar -o en tres lugares-, reducir el precio al que los Tesoros prestan a los bancos o aumentar el plazo de vida de esos préstamos, equivale a darle un calmante a alguien que tenga gangrena; puede que le alivie momentáneamente el dolor, pero no le va a curar. Lo que hizo el pasado Viernes la FED (por citar al último de los actores que ha actuado) no va a servir para nada porque el problema es sistémico y global. (Aunque puede que a algunas/os le sirva para salvar su situación particular).
Las físicas y los físicos ya nos han explicado que cuando arrojamos una piedra al mar se mueven todos los mares del planeta, pues, hoy, con los temas económicos, sucede exactamente lo mismo; en la época de los Sumerios y de los Acadios, no; hoy sí. Y decir que nada va pasar, lo que acababa causando es el efecto contrario al que se pretendía obtener diciéndolo: que la gente se preguntará, ¿por qué estarán diciendo que no va a pasar nada?.
Cierto es que la población, y más en los tiempos que corren, huye de los problemas como de la peste, pero cuando volvamos de vacaciones y esa población vea que las cosas ya no están como le decían que estaban antes de irse a la playa, cuando perciba que las cosas están mucho peor de lo que les dicen que están, ¿continuarán esas personas pensando que nada va a pasar?.
Un simple dato. Aquellas de Uds. y aquellos de Uds. que hayan estado de vacaciones en algún lugar turístico, ¿han visto la misma ‘alegría’ que el año pasado?; aquellas de Uds. y aquellos de Uds. que aún continúen de vacaciones en un sitio turístico, ¿ven el mismo movimiento que el pasado año?. Y eso que, según nos cuentan, ‘la economía está bien’.
El caso de España es, si cabe, más flagrante. El Ministro de Economía continúa diciendo que lo que sucede fuera tendrá un impacto mínimo aquí dentro, y que lo que sucede en el mundo de las Bolsas es una simple corrección sin implicaciones en la economía real del reino. Y es flagrante porque España es un país dependiente donde los haya, y con un PIB que, en base a su composición, es uno de los que más se sustenta en el endeudamiento.
¿Qué pretenden no diciendo la verdad?, ¿qué buscan escamoteando el fondo de la información?, ¿a dónde quieren que la gente llegue no explicando lo que está sucediendo en realidad?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 

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Opinión, 21 de Agosto de 2007

Pisos


Santiago Niño Becerra


Puede que consideren banal el título de hoy teniendo en cuenta lo que está sucediendo; no lo hagan: lean.

Como ya les he dicho, de tanto en tanto personas amables que conocen lo que me interesa me remiten cosas que pescan en la Red. Hace escasos días una de estas personas me remitió algo realmente interesante: lo que a continuación reproduzco. Pasen de la forma, lo importante es el fondo.

“La nómina de mi padre, en diciembre de 1979, era de 38.000 pesetas. Él trabajaba como peón en una obra. En ese mismo momento le ofrecieron comprar una casa. Le pedían un total de 500.000 pesetas por ella. Decidió no arriesgar y continuar viviendo en régimen de alquiler, en unas condiciones muy buenas. Se trataba de una casa modesta pero muy bien ubicada, en pleno centro de un pueblo cercano a Barcelona. A los pocos meses mi padre y mi madre compraron un terreno en otro pueblo de la misma provincia y en menos de cinco años de esfuerzo ya habían levantado y pagado una vivienda de 120 m2.

Han pasado 27 años. En 2006 y en el mismo pueblo donde viven, un piso modesto de 75 m2 a las afueras no se encuentra por menos de 35 millones de pesetas, y estoy siendo muy generoso. En el año 1979 el coste de un piso era del orden de 14 mensualidades de un peón de obra: 38.000 pts/mes x 14 meses = 532.000 ptas.

El sueldo en 2006 de un universitario recién titulado en ingeniería informática sin experiencia profesional no llega a las 200.000 pesetas mensuales. En el año 2006 una vivienda modesta cuesta 175 mensualidades (14 anualidades!!!) de un ingeniero informático (200.000pts/mes x 175 meses = 35.000.000 ptas.) Los jóvenes de hoy necesitaríamos cobrar 2,5 millones de pesetas mensuales para estar en igualdad de condiciones con nuestros padres que compraron una vivienda a principios de los años 80: 2.500.000 pts/mes x 14 meses = 35 Millones de ptas. Los pisos en el año 2006 deberían costar 2,8 millones de pesetas para que los jóvenes de hoy estemos en igualdad de condiciones con nuestros padres en 1979: 200.000 pts/mes x 14 meses = 2.800.000 ptas.

No encuentro adjetivo alguno en el año 2006 para calificar lo que mi padre consideró arriesgado en 1979. Está claro que los pisos no van a pasar a costar de la noche a la mañana 12 veces menos, de 35 a 3 millones. También está claro que no voy a cobrar 2,5 millones de pesetas mensuales, por muy buen trabajo que encuentre y por muchos estudios que tenga.

Lo primero que se le ocurre a uno es seguir viviendo en casa de sus padres y ahorrar el 100% del sueldo durante los próximos 14 años, para el año 2020 (yo rondaré ya los 40 años de edad) tendré el dinero suficiente para comprar una vivienda al coste del año 2006 pero, por supuesto, no al coste del año 2020.

Evidentemente esta ocurrencia la desecha uno antes de hacer cualquier cálculo. Aunque un joven bienintencionado consiga ahorrar 2, 4 ó 6 millones con mucho esfuerzo en pocos años, a día de hoy nunca podrá evitar lo siguiente: 1) Pedir un préstamo al banco a 40 o 50 años (si consigues ahorrar 2, 4 ó 6 millones puedes reducir el período a 35- 45 años, pero 5 años no suponen prácticamente nada cuando estamos hablando de medio siglo de pago). 2) La otra solución es pagar un alquiler de por vida.

Después de esta reflexión ten la delicadeza de no decir a un joven que su problema es que no ahorra, eso fue válido para ti en 1979, incluso era valido para algunos jóvenes en 1999, pero no en 2006, en 2006 sólo consigues cargar con más impotencia, si cabe, al muchacho. El esfuerzo de nuestros padres, sin duda alguna admirable, no era estéril (podían obtener una vivienda de propiedad en un período de 5 años). El mismo esfuerzo realizado por nosotros, los hijos, sólo llega para quizá reducir en 5 años una hipoteca de medio siglo.

La vivienda nunca fue un objeto para enriquecerse, sino para vivir y es de lo poco material que sí necesitamos. La ley del libre mercado puede establecer el precio de los televisores de plasma al precio que quiera… yo no los compraré… pero nunca tuvimos que permitir que esa misma ley fijara el precio de la vivienda, porque todos necesitamos vivir en una y no todos podemos pagarla. Los jóvenes, incluso aquellos que tenemos estudios superiores, no podemos competir”.

Lo dicho, para pensar; ¿a qué sí?.

(Un amigo acaba de contarme lo siguiente. En un barrio popular de la popular localidad vizcaína de Barakaldo hace pocos meses que finalizó la construcción de una serie de bloques de viviendas populares, viviendas que saliron a la venta por 50 millones de pelas la unidad. Pues bien un conocido de mi amigo que, para invertir, adquirió una y que ahora, por diversos motivos, tiene que sacársela de encima, ha tenido que bajar 10 kilos para poder venderla. ¿No dicen que no pasa nada malo en la economía española y que el precio de la vivienda no está bajando?).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon LLull.
 

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Opinión, 22 de Agosto de 2007

Historia

Santiago Niño Becerra


Que no les engañe el título: seguimos con lo mismo.

Viajemos hacia atrás en el tiempo. Entre el año 0 y el año 1000, el PIB del planeta prácticamente no varió, al igual que la renta per cápita; sin embargo, en el período referido, la población mundial se multiplicó por 6.

En el milenio siguiente, entre los años 1000 y 2000, las cosas fueron muy diferentes: mientras que la población mundial se multiplicó por 22, el PIB total aumentó 300 veces; pero claro, la renta per cápita sólo lo hizo 13. Hagamos un zoom de este período.

Como Uds. saben, 1820 es el año en el que, oficialmente, de verdad, de verdad comienza la Revolución Industrial; pues bien, entre el año 1000 y 1820 la renta per cápita creció 1,5 veces debido a que la población aumentó 4 veces. Pero entre 1820 y el 2000, esta situación se revirtió: la población se multiplicó por 5,6 y la renta per cápita por 8,5; claro que la esperanza de vida media del planeta pasó de 24 años en el año 1000, a 66 en el 2000.

Ahora hablemos de países. Llamemos Grupo A a la suma de Europa Occidental, USA, Australia, Nueva Zelanda y Japón, y denominemos Grupo B al resto de países que no pertenezca al Grupo A. En el año 0, la renta total del Grupo A era idéntica a la del Grupo B, y en el año 1000, la del Grupo A era menor que la del B, entre otras cosas porque, en dicho año, Asia sin Japón generaba el 66% del PIB mundial mientras que Europa Occidental tan sólo generaba el 9%. Pero en 1820 eso había cambiado.

En 1820, la renta del Grupo A equivalía a dos veces la renta del Grupo B debido a que Europa Occidental había aumentado su participación en el PIB del planeta al 24% y Asia sin Japón la había reducido al 56%; de hecho, Europa Occidental había multiplicado por 3 la renta real que obtenía en el año 1000.

Cuando llegó 1913, la cosa se agudizó: la renta del Grupo A era 6 veces la del Grupo B, y al llegar 1998, aún se agudizó más: 7 veces. Entre 1820 y el 2000, mientras que la renta per cápita del Grupo B se ha multiplicado por 5,4, la del A lo ha hecho por 19; ¿por qué?, pues porque, entre otras razones, en 1998 Asia sin Japón generó el 30% del PIB del planeta y el Grupo A generó el 46%.

¿Causas de todo lo anterior?, básicamente tres. 1) el proceso colonizador que potencias del Grupo A pusieron en marcha a partir del siglo XVI, 2) el progresivo aumento del comercio internacional y del movimiento de capitales liderados, primero, y mayormente participados, posteriormente, por el Grupo A y, 3) los progresivamente acelerados avances tecnológicos e innovativos desarrollados, mayoritariamente, por el Grupo A.

En el otro lado de este panorama están los miles de millones de personas sumidas en la miseria en países míseros en todos los sentidos. ¿Me puede alguien explicar como es posible, de verdad, no con bonitas y demagógicas declaraciones programáticas, revertir su situación?. Yo, se lo digo sinceramente que no tengo ni idea.

Y, por encima de estas cifras, lo que hoy está sucediendo: como ven, un chorrito de leche en una taza de tea (primero la leche, ya saben). (Pero, ¡qué diferente es el tea sin esas gotas de leche!, ¿verdad?). Los sinsabores de hoy, lo que mañana va llegar, serán meros retazos de historia dentro de 500 años; lo que sucede es que el hoy nos está tocando vivirlo a nosotros.

(Los datos base de lo anterior los he sacado de una obra magnífica; está editada por la OECD en el 2002, su autor es Angus Maddison, y su título “The World Economy: A Millennial Perspective”).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramón Llull.
 

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25 Nov 2006
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Opinión, 23 de Agosto de 2007

Cara y cruz


Santiago Niño Becerra


Una moneda, aunque sea mala, tiene dos lados.

Dos lados, el que se denomina ‘cara’ (hasta ahora, una cara, la de quien fuese, la había en todas las monedas), y el llamado ‘cruz’ (en muchas, de una u otra manera, también aparecía este símbolo). Habitualmente se asocia la ‘cara’ con cosas buenas y con malas la ‘cruz’ (ignoro el motivo). Pues bien, siguiendo con este razonamiento, Las declaraciones que el pasado Martes realizó el secretario del Tesoro USA podrían ser la ‘cara’ de la actual situación económica planetaria, y las hechas por el presidente del Gobierno del reino (“Gobierno de España”, ya saben) la ‘cruz’.

Lo que vino a decir Mr. Henry Paulson es que la cosa va para largo, que lo que está sucediendo en el sistema económico no va a resolverse en cuatro días, que las manifestaciones de eso que está sucediendo en el sistema y que han adoptado un aspecto financiero (¿qué otro aspecto iban a adoptar si ‘lo financiero’ es el lubricante que hace que el sistema gire?) van a continuar siendo negras durante bastante tiempo. Al margen de que Mr. Paulson acierte, o no, en el tema del tiempo, el mensaje del secretario del Tesoro es el de que las cosas no están bien, ni para USA ni para nadie; ¡y como deben estar las cosas para que eso lo diga un político!, que esa es la profesión de tal señor.

En el otro lado, otro señor de profesión político, el Sr. José Luis Rodríguez Zapatero, se atreve a decir que en España, todo eso que está sucediendo en USA y que está teniendo las implicaciones que por doquier está teniendo, no va afectar casi en nada a la economía nacional; ¿el motivo?, pues que España va bien. (Ni se les ocurra pensar que comparto lo que sobre la situación está diciendo la oposición: ¿cómo se puede pedir que comparezca un ministro en el Parlamento para que explique el impacto que el follón financiero va a tener en la economía española?; ¿qué narices va a explicar?, ¿qué la economía española es una de las más dependientes del exterior en todo el mundo?).

El pasado Martes tuvo lugar una reunión sonada (bueno, la reunión no sé si lo fue, pero sí lo fueron las conclusiones que a su término fueron dichas) entre el presidente de la FED, el secretario del Tesoro USA y el senador Christopher Dodd -que no es un senador cualquiera: es, nada más y nada menos, Chairman of the Senate Committee on Banking, Housing, and Urban Affaire (lo mantengo en original a fin de que palpen la importancia la tarea del, también, político)-.

En esa reunión, Mr. Paulson dijo lo que más arriba han leído; Mr. Ben Bernanke expuso que la FED iba a hacer lo preciso para mitigar las consecuencias de lo que está sucediendo; Mr. Dodd manifestó que el problema, ahora, son las ciudadanas y los ciudadanos USA que pueden ser desahuciadas y desahuciados de sus residencias por no poder pagar sus cuotas hipotecarias (entre uno y tres millones). ¡En ningún momento dijeron que USA fuese bien y que el impacto de lo que está sucediendo fuese a ser mínimo!, y allí estaban presentes dos políticos.

Jaime Caruana, ex Gobernador del Banco de España, decía, viniese totalmente a cuento, o no, que el auténtico peligro de la burbuja inmobiliaria española residía en el empleo; que una crisis de empleo sería el auténtico desastre que devastaría el mundo inmobiliario en el reino; lo que es auténticamente cierto. Pues bien, ya tenemos cifras: en USA están volviendo los días de “The Grapes of Wrath”, los días de “Las uvas de la ira” que John Steinbeck reflejó tan magistralmente en 1939. ¿Y en España?; en España no porque la economía está bien. ¡Por favor!.

Difícilmente volveremos a ver en estos días columnas de familias agricultoras embargadas por los bancos emigrando hacia California (entre otros motivos porque hoy, en California, también las van a pasar pilinguis); y no las veremos porque los votos de la gente aún son importantes; además, el Gobierno USA dice que el Gobierno USA dispone de los instrumentos precisos para intervenir en este maremagnum actual (por cierto, ¿qué instrumentos?). Y el Gobierno de España, ¿dispone de los instrumentos precisos?.

No deseo que nadie comparezca en ninguna parte para explicarlos, tan sólo lo pregunto; y ya saben: “The answer, my friend, is blowing in the wind. The answer is blowing in the wind” (Bob Dylan, 1962).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 

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Opinión, 24 de Agosto de 2007

Sweet and slowly

Santiago Niño Becerra


No, no piensen en eso que de eso no vamos a hablar.

“Sweet and slowly” es el título de una composición musical de un grupo de los 70, pero no recuerdo el nombre del grupo; lo siento. En cualquier caso, sí recuerdo la pieza y, como por su título puede deducirse, era dulce y lenta.

Y así, dulce y lentamente es como se nos están diciendo las cosas. Así es como, quienes tienen en sus manos las riendas de la economía mundial -¿las tienen?- están diciendo lo que está sucediendo en el entorno económico planetario y, más importante aún, lo que va a suceder. Dulcemente, y muy, muy despacio, aunque con contradicciones.

El aún director gerente del FMI, el Dr. Rodrigo Rato, decía a finales del pasado año que el mundo iba bien; hace cuatro días dijo que las perspectivas de la economía mundial todavía eran buenas. El vicepresidente del mismo organismo, Mr. John Lipsky, dos jornadas atrás, decía que lo que está sucediendo hoy en el mundo tendrá un impacto en el crecimiento, impacto que no se sabe si será elevado o no (lo tienen aquí: http://www.ft.com/cms/s/0/64115928-5111-11dc-8e9d-0000779fd2ac.html); y ayer, el Dr. Rato dijo que la crisis financiera (copio exactamente de Le Monde, La 12:15) “aura probablement un impact sur la croissance aux Etats-Unis”; pero teniendo en cuenta el tamaño de la economía USA, ese impacto puede afectar sobre “le volume du commerce mondial, les matières premières (...) ou les taux d’intérêt”. Vamos a ver. Hace cuatro meses el horizonte económico era diáfano y hoy se nos dicen todo esto. ¿Qué sucede?.

Sucede que no nos están diciendo ni todo lo que se sabe en relación a la situación económica mundial, ni lo que ya se sabe que va suceder. Se nos están contando retazos -muy pequeños- de información, en parte discontinuos, en parte contradictorios, y con cuentagotas. ¿Por qué?, pues para que no nos asustemos y para que la gente siga preocupándose por si va a subir el Euribor pero sin ir más allá.

Por el horizonte se está aproximando la Tormenta Perfecta y la práctica totalidad de la población sigue pensando en si escogió bien el tono de la corbata o del vestido que ha decidido llevar al cocktail o en si conseguirá algo de pasta para poder cenar esta noche, por lo que muy poca de esa población reclama una mejor información.

No es cierto que lo que estos días está pasando vaya a tener, tan sólo, ligeras repercusiones; lo que estos días está sucediendo es el preludio de lo que va a llegar en los próximos meses y años, y esas personas que dicen lo que dicen, lo saben, pero lo ocultan, lo tergiversan, lo camuflan, lo maquillan. Esas personas, que se afanan en aplicar el manual (un manual que ya no sirve para nada), saben que cuando la confianza se tambalee todo se vendrá abajo porque la confianza es el ligante que mantiene unidas las moléculas de la esfera que es la economía y los átomos del crédito que es el lubricante que hace que la esfera continúe girando. Intentan que la gente mantenga la confianza en el sistema, ¡pero si es el sistema el que está cambiando!; la confianza se va a acabar en el mismo instante en que la gente deje de creer en que casi nada va a suceder; entonces, esas personas, las que tienen las riendas, ¿qué nos contarán?.

Dulce y lentamente nos están diciendo, pero será amarga y violentamente como seremos conscientes de la realidad.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 

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Opinión, 27 de Agosto de 2007

Turismo y Costas - 1

Santiago Niño Becerra


Más sobre Londres, (bueno, no exactamente sobre Londres).

Mucho se ha dicho y escrito en relación a mucho del turismo que viene al reino, fundamentalmente del que viene en Verano; incluso yo mismo me he referido al tema en otras ocasiones. Desde hace un par de años, ¡por fin!, el debate ha entrado en algo que hasta ahora era tabú: el gasto medio realizado por cada turista que nos visita, porque, ¡ahí es donde, en verdad reside el problema del turismo en España!. En relación al gasto medio por turista se están empezando a publicar estadísticas, afortunadamente, pero esas estadísticas, aunque dicen mucho a expertos, dicen poco a las personas de a pie. Pues bien, durante los días de Junio que estuve en Londres hallé una estadística completamente inteligible: esta.

Un día, tras realizar diversas gestiones, tomé la línea de Piccadilly, y lo hice en la estación de Green Park. Era hora punta, y el andén estaba literalmente atiborrado. Me fui deslizando hacia el lugar en el que debía parar la cabeza del convoy, y me acerqué a la línea de seguridad del andén, y allí, ante mis ojos, un enorme anuncio en la pared que delimitaba el Tube. Era un anuncio de una compañía que vende paquetes turísticos por Internet, y en él aparecían tres ofertas para abrir boca. Encabezaba la lista la Costa Brava, la Toscaza venía en segundo lugar, y, en tercero, el más exótico de los destinos de la lista: Maldivas.

Posiciónense bien en la silla en la que reposan porque, sino, van a caerse. Esa empresa ofrecía viaje de ida y vuelta y siete noches en un hotel de cuatro estrellas en la Costa Brava por 199 pounds; es decir, estar una semana en algún lugar de la Costa Brava (el anuncio no decía el lugar pero me imagino de cual se trata) salía en esa compañía por 293 euros viaje incluido, en otras palabras, suponiendo que el viaje que se ofrece, tasas de aeropuerto incluidas, salga, en una oferta de la low cost con la que colabore esa compañía de viajes, a 43 euros, la noche, en ese hotel de cuatro estrellas en ese lugar de la Costa Brava, resulta a 35,71 euros, equivalentes a 24,22 libras. (El precio del viaje no es descabellado: la madre de una amiga inglesa voló, hace unos meses, desde Belfast a Londres pagando 0 euros por el billete).

Puedo asegurarles que me quedé boquiabierto, entre otras razones porque es prácticamente imposible vivir en Londres, realizando una vida normal, se entiende, con 25 libras al día, por lo que quien escoja ese destino turístico, pura y simplemente, ahorrará dinero instalándose durante una semana en ese hotel de cuatro estrellas de la Costa Brava; si a eso añadimos el mucho menor coste del alcohol en España que the UK, tenemos cerrado el círculo.

Otra vez, ¿qué tipo de turismo viene a España?, pues mucho del turismo que a España viene es un turismo de reducido poder adquisitivo que busca pasar unos días en un destino en el que se lo pase bien, pagando por ello una cantidad que pueda permitirse, es decir, muy poco en muchos casos. Si a eso añadimos que la estancia media de cada turista que a España viene se está reduciendo, tenemos la ecuación completa.

Las tragedias de España son, por un lado, que, mayoritariamente, no puede ofrecer otra cosa que ese tipo de servicios, por lo que, en gran medida, ese es el tipo de turismo que a España vendrá; por otro, que el reino precisa imperiosamente de los ingresos que por turismo obtiene ya que ayudan a compensar el archinegativo saldo de su balanza comercial, y porque ocupan a una población activa que, de no venir ese turismo, difícilmente se ocuparía; y, por otro más y por lo anterior, porque el Reino de España necesita número (este año, se dice, 60 millones), necesita de muchos millones de turistas entrando en el país a fin de compensar los decrecientes ingresos medios (este año, hasta Abril, -1,8%) y las menguantes estancias medias. Y, claro, los costes de todo tipo que ocasionan ese turismo masivo y barato, ¿dónde que dan recogidos?, ¿quién los paga?.

¿Cómo dicen?, ¿qué a cuánto ascendían las estancias en la Toscana y Maldivas?. Tomen nota: siete noches en un hotel de cuatro estrellas en el primer destino, 299 libras, el mismo número de noches en un establecimiento de cinco estrellas en Maldivas, 669; en ambos precios, claro, está incluido el viaje de ida y vuelta en avión.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 

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Opinión, 28 de Agosto de 2007

Turismo y Costas – y 2


Santiago Niño Becerra


“Costa la de Levante, playa la de Lloret”.

Ya saben, pertenece a la zarzuela “Marina”, de Emilio Arrieta, estrenada en Madrid en 1855, zarzuela que, posteriormente, el mismo Arrieta transformó en una ópera que también fue estrenada en Madrid, en 1871. Era otra época, y Levante era algo muy diferente a lo que hoy es, y Lloret de Mar en nada se parecía al Lloret de Mar de ahora; ni Lloret, ni las playas del antiguo Santander, ni las de la Manga del Mar Menor, ni las de Marbella, ni …

La organización Greenpeace ha elaborado un informe muy recomendable. Su título es harto significativo: “Destrucción a toda costa”. Pueden verlo aquí: http://www.greenpeace.org/raw/content/espana/reports/destrucci-n-a-toda-costa-2007.pdf.

La mayor parte de la costa del reino está destrozada, eso lo dice Greenpeace (y otras gentes), pero no hace falta que nos lo cuente nadie, tan sólo hace falta darse una vuelta por cualquier punto de la costa más turística de España y ver qué ha sucedido, y, ¿qué ha sucedido?.

Lo que ha sucedido es que en cuarenta años mal contados las costas del reino han sido destruidas, a cambio, el PIB ha aumentado y, por ello, y debido a ello, ha aumentado la tasa de ocupación de la población activa. Es decir, España ha comprado crecimiento económico y el precio pagado ha sido la destrucción de sus costas. ¡Qué horror!. ¿Qué horror?.

A toro pasado todo es muy fácil, pero para tener una visión completa del tema tenemos que viajar hasta principios de los años 60, y España, a principios de los 60 era un país muy, muy pobre, con muy, muy pocos recursos, y muy, muy reducidas expectativas. El turismo y la construcción, para muchas españolas y para muchos españoles eran las únicas alternativas a la miseria, y esas alternativas eran música celestial para una dictadura que debía encontrar salidas a una miserización que podía amenazar con hacer saltar chispas. El hambre se unió con las ganas de comer y el resultado hoy lo vemos en las costas del reino.

Horroroso, sí, porque España ha pagado parte del crecimiento que ha tenido con un bien no renovable: sus costas, pero incluso más horroroso que eso es la ausencia de alternativas: entonces, y ahora.

Porque el turismo, y más el tipo de turismo que a España viene, es un turismo de bajo valor, de tal modo que, en caso de problemas, a lo primero que va a renunciar es a ‘hacer turismo’, y en lo primero que va a pensar es -quienes lo tengan- en venderse ‘el apartamento de la costa’ (con lo que ello va a suponer, claro). (Supongo que ya han visto el reportaje de la BBC sobre el mercado inmobiliario español. Sin comentarios).

España, entre los siglos XV y el XIX, se cargó sus bosques; primero con La Mesta, después para utilizar la madera como fuente energética. Hasta el siglo XIV amplias zonas de España eran casi selváticas, hoy son desiertos, o casi. España hizo eso con sus bosques porque no pudo hacer otra cosa ya que ninguna otra alternativa tuvo; España se ha cargado sus costas, porque no tenía alternativa. Ahí radican las tragedias de España: en la falta de alternativas, y, por eso, las playas de Lloret ahora nos parecen horribles.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 

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Opinión, 29 de Agosto de 2007

Vamos a apostar

Santiago Niño Becerra

El BCE, ¿subirá los tipos el próximo 6 de Septiembre?.

Vamos a apostar. Yo digo que no, que no los subirá; más aún, a partir del nivel actual, el 4%, los tipos en la UEM van, primero, a estancarse, para, a partir de ahí, comenzar a bajar. Los tipos de interés en la UEM van a bajar, y mucho (y en USA, claro), de tal modo que hacia finales del 2010, principios del 2011, se encontrarán en tasas reales negativas. Y, ¿por qué va a suceder esto?.

Ya lo hemos dicho en lacartadelabolsa: lo que viene a partir de Septiembre, lo que ya está aquí, no es una recesión, es una crisis sistémica, pero no existe un manual para operar en un escenario así; lo que existe es un manual para aplicar en los casos de recesión, y eso es lo que se va a hacer; eso es lo que van a hacer.

Primero, los tipos no van a subir creyendo que, si no suben, el impulso credicticio-consumista va a continuar y la esfera va a seguir girando. El Sr. Trichet puede ahora decir lo que quiera en relación a que las condiciones, hoy, son distintas a las del 2 de Agosto, pero la realidad es que el pudrimiento existente en el sistema financiero, el follón que a lo largo de los últimos quince años en el sistema financiero se ha ido creando, era ya archiconocido el 2 de Agosto y, también, que el tinglado de las hipotecas basura (el fulminante que ha desencadenado el proceso) ya era, muchísimo antes del 2 de Agosto, requetesabido.

Pero, después, cuando se vea que ese impulso no continúa, cuando se aprecie que todo se va deteniendo, cuando se perciba que la furia crediticia declina y que el consumo -de lo que sea, es decir, de todo- inflexa a la baja, se continuará aplicando el manual y los tipos bajarán; lo que no va a servir absolutamente para nada.

(Curiosamente, ¿se han dado cuenta de que ya nadie habla de la productividad?. El cómo aumentar la productividad y los efectos que ese aumento tienen en el sistema, continúa siendo el problema, pero ahora el problema ha dejado de ser ese porque en el manual nada se dice sobre la productividad en momentos como el actual).

En este escenario, va el FMI y dice que, de dar ayudas indiscriminadas a quienes -personas, familias y compañías- tengan problemas por estar endeudados hasta las cejas, nada de nada; que cada palo aguante su vela; pero, en el reino, CiU ya está condicionando su apoyo a los presupuestos a que se compense, vía impuestos, el encarecimiento de las deudas.

Es lo que dijo la Sra. Merkel (mañana hablaremos de eso): que, al final, todas y todos nos convertimos en avaladores y en sostenedores de personas engañadas y de financieros aventureros, es decir, que entre todos pagamos la fiesta, incluidos quienes decidieron rechazar la invitación al sarao. Y, como complemento, los tipos no van a subir y, luego, van a bajar. Pero de nada va a servir, ¡de nada!, porque el problema ya no está en el nivel de tipos ni en el volumen de deuda; el problema es el empleo del factor trabajo.

Si se crea empleo, aunque sea subempleo; mientras el empleo crece, aunque vaya acompañado de paro encubierto, la gente va tirando, más bien o más mal, pero va tirando. Cuando la creación de empleo se estanca, cuando el desempleo crece, ya pueden bajar los tipos y reducir los impuestos, que nada funciona, y eso es, precisamente, lo que va suceder. Si a eso añadimos que el mejoramiento de la productividad va a volver a ser protagonista destacado en el mismo momento en el que se oficialicen los problemas a fin de poder reducir costes, el superproblemón está servido porque la confianza habrá descendido al cuarto sótano y el espíritu emprendedor al sexto.Y ya podrán ir reduciendo tipos -aplicando el manual- los responsables de los bancos centrales, que para lo que va a servir …

Pero del empleo, aún, casi, ni se habla; ¿por qué?; pues porque los tipos se pueden bajar aunque no sirva para nada el hacerlo, y todos podemos soportar que se bajen los impuestos a los deudores, pero es totalmente imposible crear empleo de forma sostenida y creciente a fin de sostener el sistema y que éste continúe creciendo. ¿Empleo público?, ¿cómo?, si se van a reducir los ingresos del Estado.

Lo dicho: el 6 de Septiembre los tipos no van a subir; y, si suben, es que las cosas están, ya ahora, peor de lo que se intuye. Ya nos lo contaremos.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 

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Opinión, 30 de Agosto de 2007

Ahora, sí; antes, no.

Santiago Niño Becerra


Ahora se dicen cosas que hace meses no se decían.

El periódico El País, en la página 66 del ejemplar del pasado 19 de Agosto, publicó una columna en la que reproducía y comentaba una entrevista de la canciller de Alemania, la Sra. Angela Merkel, aparecida el mismo día en una publicación alemana. Pongan atención a lo que decía la Sra. Merkel.

“Hemos llegado a una impenetrable cadena de reaprovechamiento de los riesgos crediticios que al final avalamos todos”. ¿Alguien puede decir que las palabras de la jefa de Gobierno de la RFA no son ciertas?. Pero esas palabras, la Sra. Merkel las ha pronunciado ahora, no doce meses atrás; ahora. Ahora es cuando expertos y políticos se están rasgando las vestiduras ante el tamaño que ha alcanzado la esfera que, alimentada por ellos mismos, se ha ido creando a lo largo de los últimos quince años; ahora; no cuando las cosas se decía que pintaban bien y estábamos viviendo los días de ‘vino y rosas’.

Durante estos quince años se ha formado una esfera sustentada en el endeudamiento masivo y creciente y cebada con los productos obtenidos a partir de la manipulación ingenieril del riesgo que se ha tenido que asumir a fin de permitir ese endeudamiento masivo y creciente. Cuando esa esfera ha alcanzado un tamaño que ha superado el tamaño máximo permitido por las leyes físicas, el tinglado se ha venido abajo, lo que ha coincidido, ¡claro está!, con la transición en la que el sistema está inmerso.

Mucha razón tiene la Sra. Merkel: los riesgos los avalamos todos, porque, cuando los bancos centrales inyectan pasta en el sistema, cuando las compañías reducen sus plantillas a fin de hacer frente a la presión de los mercados que exigen mayor rentabilidad, cuando la población se entrampa hasta las cejas a fin de consumir y seguir consumiendo, cuando los políticos hacen propuestas para bajar los impuestos a los endeudados a fin de obtener votos y a fin de que el tinglado continúe su marcha, todos pagamos los riesgos. Es perverso, pero es así.

Todas/os aquellas/os con dos dedos de frente y todas/os aquellas/os con poder decisorio en el contexto económico mundial han tenido que ver que la senda por la que se ha hecho circular a la economía desde 1991 -sobre todo- no era sostenible; todas esas personas han tenido que ver que el volumen crediticio que se iba creando en el sistema no era sostenible; que no lo era el nivel de endeudamiento que se iba permitiendo alcanzar a personas, familias y compañías; que no lo era la maraña financiera que se ha formado a fin de ingenierizar las finanzas mundiales para exprimir hasta la última gota las posibilidades de ganancias; que no lo era ni el volumen de oferta productiva ni el de demanda consuntiva; que no lo era la expansión de la brecha entre el decil más rico de la población y los deciles más pobres de la misma; que no lo era el si, pero no, y sin más, en el que ha entrado la evolución de la productividad. Nada de todo eso era sostenible, pero por ese camino se ha avanzado, y ello ha ido dando lugar a una serie de riesgos que se han ido asumiendo. ¿Asumiendo, o haciendo que fuesen asumidos?.

Pero ahora no vale decir “¡Oh!. ¡Qué mal lo hicimos!”, y no vale porque eso que se hizo, hizo que el PIB creciese como ha crecido; el problema es que la mayoría de ese PIB era a crédito, y las deudas, en algún momento han de ser pagadas, como en Don Juan Tenorio.

Ahora empiezan a aparecer las consecuencias de esos riesgos, y ya no hay cobertura para los mismos, por lo que a la mayoría de las personas físicas y jurídicas esos riesgos les ha cogido con el trastero al aire. ¿Alguien creyó que esa situación nunca llegaría?, ¿se pensó que cuando llegase ya se inventaría algo para salir del paso?, ¿o se dijo que sí, que vale, que las cosas pasan y que los muertos son inevitable y necesarios porque así se producen correcciones saludables?.

Ahora, personas como la jefa del Gobierno alemán dicen cosas como esa, ahora, no antes, cuando ya todo lo que se haga de muy poco va servir y cuando los ataúdes ya están dispuestos en el patio de la funeraria. Y ahora se aplica el manual y se piden bajadas de tipos que de nada van a servir.

Quienes tenían que ganar ya ganaron y los que van a perder perderán; o sea, que entre todos avalaremos lo que tengamos que avalar. Como tiene que ser, ¿verdad?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 

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Opinión, 31 de Agosto de 2007

Algo se mueve … en algunos sitios

Santiago Niño Becerra



Algo se está moviendo, ahora sí.

Lo que viene a continuación es una fotografía de los titulares que mostraba la pantalla cuando se accedía al sitio de Bloomberg a las 07:52 h del pasado 29 de Agosto; junto a esos titulares, las gráficas informaban de que el Dow se había dejado 280,28 puntos el día anterior, y que el Nikkei llevaba perdidos, a esa hora, 353,64. Bueno, vamos a las noticias, éstas eran.

- Asian Stocks Fall on Credit Concerns, U.S. Consumer Confidence; Banks Drop.
- Accor Profit Beats Estimates, More Than Doubles on Property Sales, Hotels.
- Gaz de France Profit Falls 11 Percent as Mild Weather Curbs Heating Demand.
- Fed Misjudged Spread of Credit Rout, Worried About Inflation, Productivity.
- Heineken Profit Falls 30 Percent to $410 Million, Misses Analyst Estimates.
- Mitsubishi Motors May Miss Japan Sales Goal as Demand Falls For Minicars.
- Australian, New Zealand Dollars Slide as Banks Drag Down Stock Indexes.
- Romney, Focusing on Economy, Says He Would Reduce Income, Corporate Taxes.
- Russia Has No Need to Counter Europe.

De entrada, ¿se dan cuenta de que no hay ni una sola noticia buena?. Todo son desastres o, lo que es peor, marcadores de líneas de tendencia que avisan de futuros mayores desastres; sin embargo, hay una noticia que, pienso, destaca por encima de las demás: la cuarta.

Accediendo a dicha noticia y leyendo su texto, se erizaba el vello de la parte posterior del cuello. En el texto podían leerse cosas como esta: “Given the way the market is, I think it would be very difficult”, lo había dicho un rato antes John Silvia, economista jefe de Wachovia Corp. en Charlotte, North Carolina. Impresionante, ¿verdad?.

Leyendo esta noticia, recordé una entrevista que, a raíz del 11S, se le hizo a unos de los mayores supergurus actuales: Olivier Blanchard. Este economista decía una de las cosas con mayor sentido que sobre los efectos económicos de aquella abominación fueron dichas. M. Blanchard dijo que sí, que aquello tendría consecuencias, pero que la cosa no pasaría a mayores si la productividad en USA no decrecía; y la productividad en USA no decreció, al contrario, y lo que pasó fue limitado porque, además de no decrecer la productividad, se aceleró la máquina de conceder créditos.

El pasado Miércoles, en este mismo sitio, dije que hacía tiempo que no se hablaba de la productividad, pues bien, al día siguiente de yo escribirlo, en la misma noticia de Bloomberg a la que nos estamos refiriendo este tema fue abordado; ¡y de que manera!, lean: “If you have slower productivity growth, tight markets translate into more inflation, that is why there is this extreme focus on inflation”. Lo había dicho Robert Eisenbeis, jefe de estudios del Federal Reserve Bank de Atlanta. Y había motivos para que lo dijese: en la misma noticia, y según datos del Departamento de Trabajo, en USA la productividad del factor trabajo creció, en el 2006, el 1%, el menor incremento desde 1995.

Sin embargo, lo realmente importante, pienso, es el hecho de que se está empezando a decir lo que verdaderamente está sucediendo, perdón, empezando a suceder. Se está abandonando la cantinela de que ‘todo va bien’; y no es casualidad de que nos estemos aproximando a Septiembre.

Bueno, lo cierto es que en todas partes no se está empezando a decir la verdad, por ejemplo, en el reino. La ministra de la Vivienda, la Sra. Carme Chacón, ha pronunciado unas palabras que, por decirlo suave, sorprenden. La Sra. ministra ha dicho que las cifras USA muestran “una economía que se para”, pero, dio a entender, que eso no sucederá en España porque la economía española “crece a un nivel importantísimo” (El País 29.08.2007, Pág. 56).

¡Por favor!, ¿a quién pretenden confundir?. España es un país ultradependiente cuya economía representa el 8% de la UE. ¿De verdad piensa alguien que si se para la economía USA nada malo le va a suceder a la española?. Seamos serios.

Eso, seamos serios y empecemos a pensar que haremos cuando las cosas se vayan poniendo peor y claramente se diga que se están poniendo peor. Lo que hoy hemos comentado, pienso, es el inicio de una fase de mucha mayor transparencia.

(¡Ah!, me olvidaba. Hay quienes se han puesto muy contenta porque la demanda de crédito de la banca europea al BCE se ha moderado. En condiciones normales sería una buena noticia, pero, hoy, entiendo que se presta a otra lectura: la banca la moderado sus peticiones porque estima que la tendencia apunta a que, en un muy próximo futuro, va a necesitar muchos menos fondos. ¿A que leída así esta información ya no pinta tan bien?).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 

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Edu, no dejes de actualizar este hilo. me parece de lo mas interesante.
 

cuestaabajo

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Interesantes artículos. Al lado del Catedrático, neցrofuturo, Tico y Moroteo parecen unos optimistas incurables. Sin embargo creo que se olvida la opción militar como estrategia largamente empleada por los capitalistas para salir de las crisis.Hay muchos aspectos que se podrían discutir.

Por ejemplo:

"Las corporaciones irán ganando poder en la vida económica y social, ganancia de poder que será asumida y aceptada por la población. Ello será consecuencia de su mucha mayor operatividad en cuanto a la gestión en comparación con unos Estados que se muestran impotentes para funcionar en un entorno que en nada se asemeja al que estos estaban acostumbrados a operar; en otras palabras, la población acepta el poder de las corporaciones porque, de hecho, las corporaciones ya ostentarán el poder real cuando la población se aperciba de ello debido a que, desde Septiembre del 2007, pero, sobre todo desde Enero del 2008, se ha estado produciendo una oleada de absorciones empresariales que ha ido alimentando ese poder corporativo."
Lo primero que hay que plantearse es cuál es el poder real de una empresa cuyas ventas caen a plomo trimestre tras trimestre.

En la actualidad, la actitud de las corporaciones frente a sus clientes se podría definir como "La traición de las corporaciones: episodio I". Los dejan sin trabajo en sus países de origen, les ofrecen productos de mala calidad y se desentienden de sus reclamaciones. Para que se desplome el castillo de naipes de su estrategia empresarial basta con una crisis como la que se espera. Su alto endeudamiento hará el resto.

Además, en un escenario de recursos escasos, cuanto más grande y global sea la organización más problemas (y menos poder) tendrá. En realidad, es un proceso que estamos viendo ahora mismo. Las "grandes" corporaciones están en la cúspide de una larga cadena empresas menores que son las que hacen el trabajo. Cuando la estructura económica quiebre por falta de recursos todas las partes de esa cadena que no realicen un trabajo útil desaparecerán. Por otro lado, la concentración de corporaciones sólo es posible con crédito abundante y barato y no tiene razón de ser si la fusión no sirve para incrementar su valor en bolsa.

Por último habría que recordar que sus productos son de demasiado valor añadido. O dicho de otra forma, que necesitan de la apropiación de la plusvalía de demasiados trabajadores para que puedan ser asequibles en caso de una crisis global y sistémica. Si nos empobrecemos, nos empobrecemos. Empobrecerse significa poder comprar menos cosas y, también, emplear más recursos para las necesidades básicas. O no tener ni para eso. Eso lleva a una reducción del tamaño de las organizaciones y de la especialización y división del trabajo dentro (y fuera) de esas organizaciones.

También observo que intuye el batacazo pero que tiene la ilusión de que en tres o cuatro lustros nos vamos a recuperar. Eso puede ser posible siempre que no haya una guerra convencional de grandes dimensiones. Y eso es así porque no tenemos suficiente petróleo para la reconstrucción de los países afectados. Ni para recomponer la economía mundial tras un enfrentamiento generalizado. Digo convencional porque la opción nuclear llevaría a un colapso irreversible.

El problema que tenemos es que la transición a una economía poco dependiente del petróleo va a ser traumática de por sí y que no se comprenden con claridad las implicaciones tan agresivas hacia nuestro modelo económico y social. En realidad, deberíamos aprovechar esta crisis para reducir al mínimo nuestro consumo de recursos no renovables y, desde ese punto de partida, rediseñar toda nuestra estructura económica para hacerla muy poco dependiente de esos recursos y orientarla a la satisfacción de las necesidades básicas. Luego, con lo que quede, intentar recuperar lo útil de nuestro periodo de consumo compulsivo y de ultraespecialización poco a poco y siempre teniendo en mente que los recursos son finitos y que tienen que durar muchas generaciones.

Es una opción mala. Pero es mucho mejor que seguir con la táctica del avestruz.
 

eduenca

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Opinión, 03 de Septiembre de 2007

Irlanda - 1

Santiago Niño Becerra


Vamos a hablar más de Irlanda.

Preciosa, recomendable. Mi esposa y yo buscábamos tranquilidad y la encontramos en un resort situado junto a Bodyke, un pueblo (lo de pueblo es un decir) del county de Clare. A pesar de buscar desconectar de la realidad del día a día, a mi me ha sido imposible no ver Irlanda como lo que las estadísticas dicen que es: el miembro de la UE con el PIB per cápita más elevado de los 25 después del de Luxemburgo. La pregunta: ¿se corresponde ese PIB pc con lo que se ve en las calles de las localidades irlandesas y en las carreteras del país?, ¿se corresponde con lo que se percibe hablando con las gentes de la república?. La respuesta es un no rotundo, rotundo y sin paliativos.

Irlanda es un país que de ser uno de los más pobres de Europa (en 1985 su renta per cápita era la octava de la UE 12) ha pasado a ser, en términos estadísticos, el segundo más rico. La manera como lo ha conseguido es conocida: merced a un permiso de la UE rebajó, a finales de los 80, su impuesto sobre los beneficios al 11% de la base imponible; eso, unido a la mentalidad irlandesa, a su historia de privaciones, a su idioma (a uno de los dos oficiales, claro) y a su situación geográfica, ha dado lugar al PIB pc del que Irlanda, hoy, hace gala, pero, ¿disfruta la ciudadanía irlandesa de un estándar de vida en línea con ese PIB pc?.

En Irlanda, como en todas partes, ese PIB pc es el resultado de dividir el PIB que Irlanda genera entre la población total del país, pero la distribución de ese PIB y la manifestación de ese PIB, no casa con el estándar de vida de las irlandesas y de los irlandeses. Podría contarles muchas cosas al respecto, pero a fin de no ocupar demasiado espacio, voy a contarles tan sólo una.

En la carretera de Limerick a Tarbert hay un museo que vale la pena visitar: el museo que recoge la historia del puerto de hidroaviones de Foynes, de cuando, en los años 30, la localidad era destino y punto de partida de una línea aérea que unía USA con Irlanda. Tras visitar el museo nos enteramos de que en Loughill, la localidad más cercana a Foynes, dirección a Tarbert, estaban localizados unos jardines espectaculares que había que visitar, y hacia allí nos dirigimos.

Llegando a la localidad, nos sorprendió que unos jóvenes ocupasen la carretera aprovechando unas señales indicativas de obras en la calzada que obligaban a aminorar la marcha. Esos jóvenes, pertrechados de unos cubos de dimensiones semejantes a los que en los cines sirven las mayores raciones de palomitas de maíz que pueden comprarse, estaban realizando una colecta. ¿Para qué?, Uds. se preguntarán. Eso es lo que mi esposa y yo preguntamos, y la respuesta fue simple: para adquirir un desfribilador cardíaco para el pueblo.

¿Se corresponde con el segundo PIB pc más elevado de Europa una situación en la que unos ciudadanos tengan que realizar una colecta para adquirir un desfribilador cardíaco?. Esa en la realidad, real, de Irlanda, todo lo demás, sus carencias en comunicaciones y el nivel disparado de deuda hipotecaria de su ciudadanía, queda en segundo término.

Pero eso, parece, que no es importante para explicar la potencia de ‘el tigre celta’; ¿verdad?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
 
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