A esta tía lo único que le queda es amortizar su choniclientela. Por eso, va en plan fiesta de pijamas, pero Yolanda exagera su versión infantilizada para su electorado.
La vida de esta impostora es como una serie juvenil, se vende no por tu bien sino para captar el voto. Por eso, arma un estilo de vida juvenil inculto e ignorante al que su clientela se adapta de forma natural. Lo preocupante es que la mayoría de profesoras de la ESO tienen esta mentalidad.
Además, se contradice: Considerar tóxico al malote Quimi es generar clientela feminista. Tóxico es estar con un alfa por interés.
Series y tatuajes: juventud sin valores.
Claro que suspendió exámenes en el colegio. Si estudió Psicología, cómo conseguiría aprobar Mates o Física en el cole.
Se le da mal conducir como a las mujeres, tópico clientelar.
En definitiva, no pienses y vótame para seguir viviendo del cuento y de la choniclientela.
Lo mejor que ha hecho ha sido cargarse a Podemos.