Muy interesante también la conclusión que desmiente el mantra bienpensante de que cuanto mas se convive con gentes de otras culturas mas se vuelve uno tolerante. Muy al contrario, lo que sucede es que cuanto mas se convive con otras culturas, mas se autoexcluyen unos de otros, formando ghettos.
En ambientes multiculturales las personas tienden a comportarse como tortugas, refugiándose en su caparazón al no tener confianza en un entorno que les resulta ajeno, hasta el punto de perder la confianza incluso en los miembros de su propio grupo, favoreciéndose asi la soledad y el aislamiento.
En ambientes multiculturales las personas tienden a comportarse como tortugas, refugiándose en su caparazón al no tener confianza en un entorno que les resulta ajeno, hasta el punto de perder la confianza incluso en los miembros de su propio grupo, favoreciéndose asi la soledad y el aislamiento.