América Latina tiene proyectos propios de poder político, como el chavismo, el varguismo
o el peronismo, que dan con un todo para entender cómo se puede afrontar el momento
actual sin caer en discusiones de formas. Ir a esas propias claves para reconstruir algo
menos clónico.
Las fuerzas que pretendan la transformación latinoamericana tienen que reconstruirse,
repensarse, para tener nuevamente un proyecto de poder y pueda utilizar esas claves
para canalizar sus ideas. Desde la muerte de Chávez: sólo discute las formas técnicas
que loo atropellan y pasan por encima, sin discutir la sustancia de fondo
Paradójicamente, Bannon y compañía utilizan la técnica del populismo para traer masas,
mezclándolas con avances tecnológicos del BIg Data. Pero en esencia: utilizan técnicas
para crear formas de entender la realidad que antes el progresismo si utilizaba mucho mejor.
La ultraderecha entiende mejor que la izquierda que en la ineficiencia de los sistemas
de gobierno, y en la desidia de los políticos están sus principales bazas políticas. No
juegan a ser parte de algo, sino a crear su propia forma de ejercer el poder contra sus enemigos.
Trump, Salvini, Marine o Vox tienen un modelo que interpreta la precarización de la clase
media, y el afuera de todo que queda un tercio del globo. Logran una síntesis para mover
esa masa a favor de un proyecto de poder y que alimenta una utopía de revancha contra
las elites.