Por qué el nazismo era socialismo y el socialismo es totalitario

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Zhu De, creo que no te lo leiste entero.

Si lo hubieras hecho, no pondrías las objeciones que te he leido. Otras quizá sí, pero no esas.

Venga, ponte las gafas de cerca y échale una buena lectura.
 

ZHU DE

PLA Unit 61398
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Zhu De, creo que no te lo leiste entero.

Si lo hubieras hecho, no pondrías las objeciones que te he leido. Otras quizá sí, pero no esas.

Venga, ponte las gafas de cerca y échale una buena lectura.
Es argumentativo, dice que es socialismo porque no es liberalismo, cualquiera medianamente informado sabe que si no existe economia central planificada no es socialismo, será nacionalismo o bonapartismo o tirania simple, pero socialismo no.
 
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20 Jun 2010
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Es argumentativo, dice que es socialismo porque no es liberalismo, cualquiera medianamente informado sabe que si no existe economia central planificada no es socialismo, será nacionalismo o bonapartismo o tirania simple, pero socialismo no.
Es que la economía si está planificada.

De otra forma, más enrevesada, pero lo está.

En lugar de dar de baja de la suscripción de la vida a los empresarios y ponerse desde un despacho de burócratas a decidir qué se produce, cuánto y cómo se distribuye, se le deja hacer al empresario lo que sabe hacer; competir contra otros para proporcionar lo que desea el Estado.

Y al mismo tiempo, el tema del control de precios.

Que sea algo más absurdo que lo soviético, ineficiente, etc...sí. La guerra lo demostró.

Y eso la parte de la economía que quedó para las empresas, que mucha parte no lo hizo.
 
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20 Jun 2010
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No me convence, hay mucha a tendencia a llamar socialismo a lo que no lo es, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid.
Bueno, ud construye o cree en una construcción axiomática desde Marx (supongo)

Otras escuelas filosóficas tienen la suya.

La realidad, y no lo niegue, es que la Alemania del 33-45 se parecía más a la URSS que a otro país. Ya, que a ud el tema racista no le convence...quítelo y verá qué gran diferencia.

Porque lo de Italia, como todo en Italia, fue un voglioenonposso en toda regla.
 

ZHU DE

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Bueno, ud construye o cree en una construcción axiomática desde Marx (supongo)

Otras escuelas filosóficas tienen la suya.

La realidad, y no lo niegue, es que la Alemania del 33-45 se parecía más a la URSS que a otro país. Ya, que a ud el tema racista no le convence...quítelo y verá qué gran diferencia.

Porque lo de Italia, como todo en Italia, fue un voglioenonposso en toda regla.
¡Alemania era moderna! los nazis marcaban la moda, eran guapos repeinados y púlcramente vestidos, todo lo contrario a la "mugre socialista", sus cuadros procedian de la pequeña y mediana burguesia, de ningún modo del proletariado, se llevaban a partir un piñón con los Junkers y la aristocracia alemana, les gustaban las fiestas con boato, la ópera y la música clásica, era una contrarevolución burguesa en toda regla heredera de la restauración absolutista. El "socialismo" era solo el modo demagógico de atraerse a las masas desesperadas para hacer bulto....hasta la Ley Habilitante.
 
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20 Jun 2010
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¡Alemania era moderna! los nazis marcaban la moda, eran guapos repeinados y púlcramente vestidos, todo lo contrario a la "mugre socialista", sus cuadros procedian de la pequeña y mediana burguesia, de ningún modo del proletariado, se llevaban a partir un piñón con los Junkers y la aristocracia alemana, les gustaban las fiestas con boato, la ópera y la música clásica, era una contrarevolución burguesa en toda regla heredera de la restauración absolutista. El "socialismo" era solo el modo demagógico de atraerse a las masas desesperadas para hacer bulto....hasta la Ley Habilitante.
Será de guapos como Goebbels, Himmler o el propio Adolfito, no te joroba.

Los cuadros soviéticos ahora resulta que procedían de la miseria campesina o fabril...ya, ya. Y no les gustaba la música clásica ni tener una dacha ni nada...:rolleye:

Boato..mire



Alemania consigue unas condiciones de vida para sus obreros (a base de déuda y de preparar al país para invadir Europa, of course) impensables en cualquier otro lugar del mundo y me dices que es contrarrevolución burguesa...No compro.

Sencillamente los nazis se supieron ganar a los ricos, burgueses y obreros por buscar enemigos exteriores; judíos, extranjeros y comunistas. Especialmente si eran las tres cosas a la vez.
 

sinnonymous

Madmaxista
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19 Oct 2009
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No queda más narices que poner esto en varias partes si pretendo que alguien lo lea. Aquí va la primera en la que se muestra que el III Reich no fue otra cosa sino un estado socialista.


Por qué el nazismo era socialismo y por qué el socialismo es totalitario « Mises Hispano
Cuanto daño ha hecho el estalinismo al movimiento obrero. Asociando estatalización con socialización.
Engels (1878): Anti-Duhring - Seccin Tercera: SOCIALISMO.
Pero ni la transformación en sociedades por acciones ni la transformación en propiedad del Estado suprime la propiedad del capital sobre las fuerzas productivas. En el caso de las sociedades por acciones, la cosa es obvia. Y el Estado moderno, por su parte, no es más que la organización que se da la sociedad burguesa para sostener las condiciones generales externas del modo de producción capitalista contra ataques de los trabajadores o de loscapitalistas individuales. El Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista, un Estado de los capitalistas: el capitalista total ideal. Cuantas más fuerzas productivas asume en propio, tanto más se hace capitalista total, y tantos más ciudadanos explota. Los obreros siguen siendo asalariados, proletarios. No se supera la relación capitalista, sino que, más bien, se exacerba. Pero en el ápice se produce la mutación. La propiedad estatal de las fuerzas productivas no es la solución del conflicto, pero lleva ya en sí el medio formal, el mecanismo de la solución.​

Y por favor que diga que la propiedad estatal lleva en sí el mecanismo de la solucion no significa el apoyo a un Estado burgués.
Cuando Marx en el Manifiesto dice:

El proletariado se valdrá del Poder para ir despojando paulatinamente a la burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de la producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase gobernante, y procurando fomentar por todos los medios y con la mayor rapidez posible las energías productivas.
no se refiere al Estado burgués sino a uno en extinción.
Y Lenin más tarde zanja la cuestión refiriéndose a qué es ese Estado en extinción en Textos - UJS
Ahora bien, en la transición del capitalismo al comunismo, la represión es todavía necesaria, pero ya es la represión de una minoría de explotadores por la mayoría de los explotados. Es necesario todavía un aparato especial, una máquina especial para la represión, el "Estado", pero éste es ya un Estado de transición, no es ya un Estado en el sentido estricto de la palabra, pues la represión de una minoría de explotadores por la mayoría de los esclavos asalariados de ayer es algo tan relativamente fácil, sencillo y natural, que costará muchísima menos sangre que la represión de las sublevaciones de los esclavos, de los siervos y de los obreros asalariados, que costará mucho menos a la humanidad. Y este Estado es compatible con la extensión de la democracia a una mayoría tan aplastante de la población, que la necesidad de una máquina especial para la represión comienza a desaparecer.​
...
Cuanto más democrático sea el "Estado" formado por obreros armados y que "no será ya un Estado en el sentido estricto de la palabra", más rápidamente comenzará a extinguirse todo Estado.​



No estoy de acuerdo. Aunque ambos bandos eran, en teoría, socialistas, en la realidad, ninguno de los dos lo fue. Los nazis porque obedecían a intereses ocultos y oscuros, y la URSS pq jamás fue comunista, fue un "socialismo de Estado".
La URSS fue un capitalismo de Estado . Si bien es verdad que en sus inicios coexistían varios sistemas económicos:
-Patriarcal o economía campesina en régimen de subsistencia.
-Economía en régimen de producción mercantil simple. (en esta categoría eran mayoría los pequeños campesinos que vendían sus excedentes.)
- Capitalismo privado.
-Capitalismo de Estado.
- Socialismo.
Y en dichos inicios predominaba el capitalismo pequeñoburgués
 

francisco Franco

Madmaxista
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2 Abr 2012
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Nosotros, desde una economía ruinosa, tuvimos que nacionalizar empresas y crear otras de nuevas. A mi amigo Suanzes le puse enfrente del recién creado INI, con las electricas de baluarte y también tuvimos que crear la RENFE porque las compañías ferroviarias estaban el quiebra y ninguna quería ir a los pueblos más lejanos.

Por ende os digo, que algunos nos llamaban socialistas por nuestra economía autártica, pero nada más lejos de la realidad. Nosotros no creemos en la supremacía del obrero, sino en la supresión de lucha de clases, donde el Sindicato es el fiel exponente de la vertebración de una sociedad.
 

Me parece que...

Madmaxista
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26 Ago 2008
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... Tanto los comunistas como los socialistas como los nazis cagan....pero ello no significa que sean la misma cosa.

El hecho de que tanto los nazis como los países de economía liberal apliquen en tiempos de guerra determinadas medidas de racionalización y planificación de la economía indica que saben perfectamente que el sistema de mercado es ineficiente y que despilfarra recursos, lo que les obliga a meterse los dogmas libegales por el ojete para optimizar la producción.

(Me temo que con este hilo has metido la pata, muchacho.)
 

PROBLANCO

Será en Octubre
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Ningún análisis económico "serio" habla objetivamente del nacionalsocialismo ni de su economía. La escuela austríaca se obsesiona con relacionarlos con el "socialismo" (entendido en su forma vulgar y el "colectivismo") y los marxistas se obsesionan con que "se trataba de un instrumento de la burguesía y del capitalismo".

Los alcances de la economía nacionalsocialista fueron tan considerables y se dieron en tan corto tiempo, que sus adversarios (Bancos, Multinacionales, etc. la mayor parte controlados por el judaísmo internacional) han considerado indispensable ocultar del todo en qué consistía. Se le ha colocado encima una lápida y no se enseña a los universitarios ni a los alumnos de las escuelas de economía.

De hecho una de las causas de la Segunda Guerra Mundial fue precisamente el deseo de destruir dicha Economía, que competía de manera contundente con la defendida por los aliados occidentales, la cual terminaría por imponerse rigiendo el mundo actualmente.

[....]

Que grande Hitler y Goebbels en este video, eran hombres que se adelantaron a su tiempo decenas de años, por mucho que se difame ahora, ya lo dijo el Dr, si en 500 años se sigue escribiendo historia, diran que Hitler fue una de las mas grandes figuras que existio nunca.

[YOUTUBE]K9FeujPtzEM[/YOUTUBE]
 

Jordi Segurola

Madmaxista
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17 Jun 2007
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La misma palabra puede tener diferentes significados segun el contexto, y la palabra "socialismo" significa una cosa en las siglas del NSDAP y otra compeltamente diferente en los partidos de inspiracion marxista, por lo que hacer paralelismos faciles es solo muestra de no saber de que se habla. El socialismo del NSDAP, que no digo que sea el mio, se basa en lo que los intelectuales alemanes de los años 20s (Spengler) llamaron socialismo aleman o incluso socialismo prusiano, porque pretendia estar inspirado en las virtudes militares prusianas de servicio a la patria y al pueblo y jerarquia por merito (no por apellido) y por tanto aceptada y no impuesta. Poco tiene eso que ver con la negacion de la nacion y el igualitarismo mecanico de que los socialistas modernos hacen bandera indiscutible.
El concepto del "socialismo aleman-prusiano" se impuso alli donde se podia: en la economia solo tenia una influencia a muy alto nivel, las empresas podian hacer lo que les pareciera siempre y cuando respetaran las prioridades nacionales (establecidas en un Plan cuatrienal gestionado, con no mucha fortuna, por Goering), en las Waffen SS el liderazgo era estrictamente por merito, mientras en la Wehrmacht los marqueses, condes y duques mandaban sin discusion (eso aparte, lo hicieron bien teniendo en cuenta los medios de que disponian).
No pretendo que este socialismo prusiano sea un ejemplo a seguir, pero desde luego nada tiene que ver con el socialismo en boga.
 
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20 Jun 2010
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La política económica nancy

Por David Gordon. (Publicado el 2 de enero de 2009)

Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí

[Este artículo apareció originalmente en LewRockwell.com]



Casi todos los días hay nuevos informes del colapso de una gran institución financiera o la inminente quiebra de una gran compañía. Los planes de rescate y la intervención del gobierno están en el aire. Incluso quienes profesan devoción por la libre empresa han titubeado. ¿No estamos afrontando una emergencia que pide una acción inmediata para “salvar” al capitalismo?

Ante esta situación, necesitamos ser mas decididos que nunca en la defensa del libre mercado, sin ninguna restricción de los gobiernos. Si no derrotamos a estas medidas, afrontamos un grave peligro. La historia de la Alemania nacional-socialista durante la década de 1930 los muestra cómo una intervención del gobierno nos lleva rápidamente a un socialismo a escala completa. Ludwig von Mises lo advirtió mucho años antes.

Cuando el Presidente Paul von Hindenburg nombró a Adolf Hitler Canciller alemán el 30 de enero de 1933, la gente no sabía qué esperar en relación con la política económica del nuevo régimen. Había señales preocupantes de que los nacional-socialistas tenían en mente reformas radicales. El “inalterable” punto 25 del programa del partido de 1920 proponía, entre otras cosas, “que todo ingreso no merecido y todo ingreso que no proceda del trabajo, sea abolido”; “la nacionalización de todos los trusts”; “compartir los beneficios en las grandes industrias” y “una reforma agraria de acuerdo con nuestras necesidades nacionales y la aprobación de una ley para expropiar a los propietarios sin compensación cualquier terreno necesario para el fin común. La abolición de las rentas de la tierra y la prohibición de toda especulación en los terrenos”.

En estos días de frecuentes condenas, a Wal-Mart y cadenas similares, a veces, lamento decirlo, de libertarios declarados, resulta notable el punto 16 del programa: “reclamamos (…) la inmediata comunalización de grandes almacenes que serán alquilados a bajo precio a pequeños comerciantes”.

Otros señales también apuntaban a un programa radical. Ferdinand Zimmerman, que trabajó como importante planificador para los nazis, había sido antes de su scenso al poder un contribuidor bajo el pseudónimo de Ferdinand Fried, para el periódico Die Tat, editado por Hans Zehrer, y un miembro importante de un grupo de intelectuales nacionalistas conocidos como los Tatkreis. Fried se oponía ferozmente al capitalismo, analizándolo en términos casi marxistas. En una evaluación del libro de Fried Das Ende des Kapitalismus (El final del capitalismo) para su posible traducción al inglés, Isaiah Berlin se refería a

una aceptación incondicional de los presupuestos marxistas-sombartianos en relación con la muerte del individualismo, el crecimiento de la producción en masa, el colectivismo, etc., y a partir de ello, se obtiene la conclusión natural de que como el colectivismo va a llegar de todas formas, podría hacerse con eficiencia y justicia convirtiéndose del colectivismo fiduciario a la propiedad estatal del los medios de producción. Por supuesto, todo esto es el marxismo socialdemócrata alemán. (Carta de Isaiah Berlin a Geoffrey Faber, 4 de enero de 1932, en Isaiah Berlin, Letters, 1928–1946, Henry Hardy, ed., Cambridge University press, 2004, pp. 638–639).​

Wilhelm Roepke escribió una crítica contemporánea devastadora de Fried, ahora disponible traducida al inglés, en su Against the Tide (Regnery, 1969). Una de los mejores estudios críticos de las opiniones de Fried, que incluye algunas explicaciones de sus actividades bajo el régimen nancy, está en Walter Struve, Elites Against Democracy: Leadership Ideals in Bourgeois Political Thought in Germany, 1890–1933, (Princeton University Press, 1973).

Aún así, a la llegada del régimen muchos pensaban si esas medidas radicales eran algo más que propaganda. Se sabía bien que el partido tenía sectores de derecha y de izquierda: la gente se preguntaba si las opiniones capitalistas se limitaban al ala izquierda del partido. Probablemente el más famoso miembro del ala izquierda del partido eran Gregor Strasser y su hermano Otto. El Dr. Joseph Goebbels, posteriormente famoso como ministro de propaganda, era asimismo un ardiente izquierdista. Gottfried Feder, el principal autor del programa de 20 puntos, famoso por sus denuncias de la “tiranía del interés” se convirtió en planificador económico del gobierno.

¿Por qué pensar que la izquierda no podía prevalecer? Hitler había dado garantían en reuniones con industriales antes de asumir el poder de que no era hostil a los negocios. (Contrariamente a la opinión marxista de los nazis, Hitler no era en modo alguno una herramienta de las grandes empresas. Como ha documentado masivamente Henry Ashby Turner en German Big Business and the Rise of Hitler [Oxford University Press, 1985], la gran mayoría de las contribuciones de las empresas antes de 1933 fueron a otros partidos políticos). El ministro de economía, Hjalmar Horace Greeley Schacht, no era un radical y el propio Hitler rechazaba devaluar al divisa alemana. Entonces, tal vez no se identificaba con las opiniones de la izquierda del partido. Además, Hitler no asumió inmediatamente el poder total. Muy al contrario, encabezó un gobierno de coalición. Los nacionalistas conservadores, como Franz von Papen, el vicecanciller, pensaban que podrían mantener a Hitler bajo control.

Por supuesto, todo esto cambió cuando Hitler empleó la crisis producida por el incendio del Reichstag al conseguir la aprobación de la Ley Habilitante, que le daba poderes dictatoriales. (Contrariamente a la creencia popular, los nazis no iniciaron el fuego. Ver sobre esto a Fritz Tobias, The Reichstag Fire, Putnam, 1964). Pero aunque ahora los nazis eran libres de gobernar a su voluntad, esto no resultó ser una victoria para la izquierda del partido. Hitler purgó a las radicales SA en la famosa Noche de los Cuchillos Largos y Gregor Strasser estuvo entre las víctimas de ese sangriento evento. Por supuesto, Goebbels siguió siendo influyente, pero aunque mantenía sus opiniones económicas izquierdistas, se subordinó completamente a Hitler. Gottfried Feder dejó su puesto en el gobierno; a partir de entonces trabajó en una universidad.

¿Cuál sería entonces la política económica de Hitler? ¿Impondría el programa “inalterable” o seguiría un camino restringido, a favor de las empresas? De hecho, no hizo ninguna de ambas cosas. Su política era de bastante improvisación en respuesta a la situación inmediata. (A.J.P. Taylor argumentaba controvertidamente en The Origins of the Second World War que esto también pasaba con la política exterior de Hitler). Pero al actuar así ejemplificaba un punto clave que Mises destacaba a menudo: cualquier intervención en el libre mercado necesita más intervenciones, porque la medida inicial no alcanzará sus objetivos. Si las intervenciones continúan, se llegará rápidamente al completo control del mercado por el estado. El resultado final no sería el capitalismo, sino el socialismo. Tal y como dijo Mises en La acción humana:

Todas las variedades de interferencia con los fenómenos del mercado no sólo fracasarán en logran los fines pretendidos por sus autores y apoyos, sino que generarán un estado de cosas que, desde el punto de vista de las valoraciones de sus autores y defensores, es menos deseable que el estado previo que pretendían alterar. Si se quiere corregir su manifiesta inconveniencia y absurdo suplementando lo primeros actos de intervención can más y más actos de este tipo, debe continuarse adelante hasta que la economía de mercado se destruya completamente y se haya sustituido por el socialismo.​

Este proceso exactamente tuvo lugar en Alemania después de 1933. Como ha advertido Adam Tooze, Hitler indicó en 1932 su interés en programas de creación de empleo y esto, por supuesto, requirió gasto del estado. Pero una vez en el poder, sus intereses cambiaron de la creación de empleo al rearme. Esto requería aún más gasto y los armamentos aumentaron rápidamente.

El partido nancy no adoptó la creación de empleo como una parte clave de su programa hasta el final de la primavera de 1932, y retuvo su status durante sólo dieciocho meses, hasta diciembre de 1933, cuando el gasto para la creación de empleo civil fue formalmente eliminado de la lista de prioridades del gobierno de Hitler (…) [La creación de empleo] contrastaba con los tres asuntos que realmente unían a la derecha nacionalista (…) la triple prioridad del rearme, el repudio de la deuda externa alemana y el salvamento de la agricultura alemana (…) Fue la acción de Hitler en estos tres asuntos y no la creación de empleo lo que marcó verdaderamente la línea divisoria entre la República de Weimar y el Tercer Reich (Adam Tooze, The Wages of Destruction, Viking, 2006, pp. 24–25).[1]​

El economista de la Escuela de Chicago Burton Klein, en Germany's Economic Preparations for War (Harvard University Press, 1959), apuntaba hace mucho tiempo que Alemania en 1939 no tenía armas suficientes para empezar una guerra mundial: el armamento germano sólo era suficiente para conflictos más pequeños.

En efecto, Alemanía se había embarcado en una política keynesiana: el gasto público era cada vez más importante para guiar a la economía hacia los canales militares que quería Hitler. John T. Flynn advertía que Franklin Roosevelt siguió una política paralela, después de que sus programas de gasto interno fracsaran en sacar a Estados Unidos de la depresión.

Aquí, [Roosevelt] tenía en sus manos una depresión [con] la imperiosa necesidad, como dijo él mismo, de gastar dos o tres mil millones de dólares al año en déficit y, lo más grave de todo, como dijo a Jim Farley, sin forma de gastarlos (…) Ahora hubo un regalo de los dioses (…) Ahora había algo en lo que el gobierno federal podía realmente gastar dinero: preparativos militares y navales. (The Roosevelt Myth, Fox & Wilkes, Edición 50 aniversario, 1998, p. 157.).​

El propio Keynes valoró favorablemente los esfuerzos nazis. En su prólogo a la edición alemana de la Teoría General, fechado el 7 de septiembre de 1936, Keynes indicaba que las ideas de su libro podrían ponerse en práctica mejor bajo un régimen autoritario:

De todas formas, la teoría de la producción en general, que es lo que el siguiente libro pretende ofrecer, es más fácilmente adaptable a las condiciones de un estado totalitario que la teoría de la fabricación y distribución de un determinado producto bajo condiciones de libre competencia y un alto grado de laissez-faire.​

Como apunta Donald Moggridge, la versión alemana publicada (pero no el borrador de Keynes) también decía:

Aunque he trabajado [a teoría de Keynes] a la vista de las condiciones de de los países anglosajones (donde sigue prevaleciendo un alto grado de laissez-faire) sigue siendo aplicable a situaciones en las que el liderazgo nacionales sea más pronunciado. (Donald Moggridge, Maynard Keynes: An Economist's Biography, Routledge, 1995, p. 611.).[2]​

Una vez que empezó este programa, la dinámica sobre la que Keynes había llamado la atención se desarrollo de forma inexorable: una intervención llevó a otra, hasta que toda la economía estuvo bajo control del gobierno. Los negocios que se resistieron a seguir los planes del Nuevo Orden fueron forzadas a obedecer al gobierno. Una ley permitió al gobierno imponer cárteles obligatorios. En 1936, el Plan Cuatrienal, encabezado por Hermann Goering, cambió la naturaleza de la economía alemana.

El 18 de octubre [de 1936] Goering recibió la autorización formal de Hitler como plenipotenciario general del Plan Cuatrienal. En los días siguientes dictó decretos que le daban poder para asumir la responsabilidad sobre prácticamente cualquier aspecto de la política económica, incluyendo el control de los medios de los negocios. (Tooze, pp. 223-224).​

Por supuesto, bajo un sistema planificado, el comercio internacional debe estar sujeto a un control estricto. La adición de medidas intervencionistas a las que Mises había dedicado atención también operaron en esta área:

La economía alemana, como cualquier economía moderna, no podía arreglárselas sin importar alimentos y materias primas. Para pagarlos se necesitaba exportar. Y se este flujo de bienes se dificultaba por el proteccionismo y las devaluaciones para empobrecer al vecino, no quedaba más opción para Alemania que recurrir a un control público aún mayor de importaciones y exportaciones, que a su vez necesitaban una serie de intervenciones adicionales. (Tooze, p. 113).​

Hubo un tipo de intervencionismo comercial especialmente característico del régimen nancy. Después de que se hundiera el comercio con Estados Unidos, Schacht realizó una serie de acuerdos bilaterales con países del sudeste europeo. Estos acuerdos incluían ciertas materias primas, con el tipo de cambio entre Alemania y la divisa extranjera “fijado a un nivel diferente de tipo de cambio real (…) los acuerdos de trueque dieron a Alemania una especie de monopolio del comercio con los países del sudeste de Europa que no podía dejar de ligar políticamente a estos países con el Reich”. (La acción humana, pp. 797 y 799, edición inglesa: Human Action, Scholar's Edition).

La economía ya no podía ser descrita como capitalista. Es verdad que se mantuvieran las formas de la propiedad privada. El gobierno no nacionalizó los medios de producción, como en la Rusia soviética. Pero los dueños visibles no podían fijar precios a su voluntad. El gobierno tomaba todas las decisiones esenciales. Como dijo Mises:

El segundo modelo [de socialismo] (lo podemos llamar el modelo de Hindenburg o modelo alemán) nominal y aparentemente mantiene la propiedad privada de los medios de producción y mantiene la apariencia de mercados, precios salarios y tipos de interés ordinarios. Sin embargo, ya no son empresarios, sino sólo jefes de fábrica (Betriebsführer, en la terminología de la legislación nancy). Estos jefes de fábrica son aparentemente instrumentales en la conducta de las empresas a ellos confiadas: compran y venden, contratan y despiden trabajadores y remuneran sus servicios, contraen deudas y pagan intereses y amortización. Pero en todas sus actividades están obligados a obedecer incondicionalmente las órdenes emitidas por la oficina suprema de dirección de la producción. Esta oficina (el Reichswirtschaftsministerium en la Alemania nancy) dice a los jefes de fábrica qué producir y cómo, a qué precios hay que comprar y a quién, a qué precios hay que vender y a quién. Asigna a cada trabajador a su empleo y fija su salario. Decreta a quién y en qué términos debe el capitalista confiar sus fondos. El intercambio de mercado es meramente una fachada.​

Contrariamente a lo que afirma, por ejemplo, Franz Neumann, Behemoth (Harper, 1944), el nazismo no era un ejemplo de “capitalismo monopolista totalitario”.

Hoy mucha gente pide medidas drásticas para acabar con la recesión. Por ejemplo, Paul Krugman en El retorno de la economía de la depresión y la crisis actual (Crítica, 2009) dice “tendrá que haber una reafirmación de más control público, en concreto, se asemejará a una nacionalización temporal completa de una parte significativa del sistema financiero”.

La rápida transición al socialismo de estado en Alemania durante la década de 1930 ilustra los peligros de una vía así.

La política económica nancy - Mises Daily en español
 
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LOS 25 PUNTOS DEL NSDAP

El programa del Partido Obrero Alemán es un programa a término. Cuando sean conseguidos los objetivos aquí fijados, sus dirigentes no determinarán otros con el sólo objeto de permitir, a través de un mantenimiento artificial de la insatisfacción de las masas, la permanencia del partido.
1. Pedimos la construcción de una Gran Alemania que reúna a todos los alemanes en función del derecho de los pueblos a disponer de si mismos.
2. Pedimos la igualdad de derechos del pueblo alemán respecto a las otras naciones, la abrogación de los tratados de Versalles y Saint-Germain.
3. Pedimos tierra y colonias para alimentar a nuestro pueblo y reabsorber nuestro exceso demográfico.
4. Únicamente los ciudadanos disfrutarán de los derechos civiles. Para ser ciudadano hay que ser de sangre alemana, la confesión religiosa importa poco. Ningún judío puede, sin embargo, ser ciudadano.
5. Los no ciudadanos no pueden vivir en Alemania más que como huéspedes, y deben someterse a la jurisdicción sobre extranjeros.
6. El derecho a fijar la dirección y las leyes del Estado se halla reservado únicamente a los ciudadanos. Pedimos pues que toda función pública, de cualquier naturaleza que sea, quede vetada a los no-ciudadanos. Combatimos la práctica parlamentaria, generadora de corrupciones, de concesión de cargos por relaciones de partido, sin preocuparse ni del carácter ni de las capacidades.
7. Pedimos que el Estado se comprometa a procurar medios de existencia a todos los ciudadanos. Si este país no puede alimentar a toda la población, nos no ciudadanos habrán e ser expulsados del Reich.
8. Hay que impedir cualquier nueva emigración de no-alemanes. Pedimos que todos lo no-alemanes establecidos en Alemania después del 2 de agosto de 1914 sean obligados inmediatamente a abandonar el Reich.
9. Todos los ciudadanos tienen los mismos derechos y los mismos deberes.
10. El primer deber de todo ciudadano es trabajar, física o intelectualmente. La actividad del individuo no debe de ser perjudicial a los intereses de la colectividad sino inscribirse en el marco de ésta y en beneficio de todos. Por eso pedimos:
11. La supresión de la renta de los ociosos y los que tienen la vida fácil, la supresión de la esclavitud de los intereses.
12. Considerando los enormes sacrificios de sangre y de dinero que toda guerra exige del pueblo, el enriquecimiento personal por razones de guerra debe de ser estigmatizado con un crimen contra el pueblo. Pedimos, pues, la confiscación de todos los beneficios de guerra sin excepción.
13. Pedimos la nacionalización de todas la empresas que, hoy en día, pertenecen a los monopolios.
14. Pedimos la participación en los beneficios de las grandes empresas.
15. Pedimos un aumento sustancial en las pensiones de los retirados.

16. Pedimos la creación y la protección de una clase media sana, la entrega inmediata de los grandes almacenes a la administración comunal y su alquiler, a bajo precio, a los pequeños comerciantes. Debe concederse prioridad a los pequeños comerciantes e industriales para cualquier contrata con el Estado, los Lander o los ayuntamientos.
17. Pedimos una reforma agraria adaptada a nuestras necesidades nacionales, la promulgación de una ley que permita la expropiación, sin indemnizaciones, de la tierra, con destino a fines de utilidad pública, la supresión de la contribución territorial, y el freno de toda especulación agraria.
18. Pedimos una lucha sin cuartel contra aquellos que, con sus actividades, perjudican el interés público. Criminales de derecho común, traficantes, usureros, etc., deben de ser castigados a la pena capital, sin consideración de su confesión o de su raza.

19. Pedimos que un Derecho Público Alemán sustituya al Derecho Romano, servidor de una concepción materialista del mundo.
20. La extensión de nuestra infraestructura escolar debe permitir a todos los alemanes bien dotados y a los trabajadores el acceso a una educación superior, y, a través de ella, el acceso a puestos de dirección. Los programas de todos los establecimientos de enseñanza deben ser adaptados a las exigencias de la vida práctica. El espíritu nacional debe de ser inculcado en la escuela desde el uso de razón. Pedimos que el Estado cubra los gastos de instrucción superior a los hijos de padres pobres, cualquiera que sea la clase social o la profesión de éstos.
21. El Estado debe preocuparse de mejorar la salud pública a través de la protección de l madre y del niño, de la prohibición del trabajo de los menores, de l a introducción de medios específicos para desarrollar las aptitudes físicas a través de la obligación legal de practicar el deporte y la gimnasia, y a través de un poderoso sostén a todas las asociaciones que se ocupen de la educación física de la juventud.

22. Pedimos la supresión del ejército de mercenarios y la creación de un ejército nacional.
23. Pedimos la lucha legal contra la falsedad política consciente y su propagación por la prensa. Para permitir la creación de una prensa alemana, pedimos que:
a. Todos los directores y colaboradores de periódicos que aparezcan en lengua alemana sean ciudadanos alemanes.
b. La difusión de los periódicos no alemanes quede sometida a una autorización expresa.
c. Quede prohibida por la ley toda participación financiera o toda influencia de no-alemanes en los periódicos alemanes. Pedimos que toda infracción de estas medidas sea sancionada con el cierre de las empresas periodísticas culpables, así como con la expulsión inmediata del Reich de todos los no-alemanes responsables.
Los periódicos que van contra el interés público deben ser prohibidos. Pedimos una ley que combata las enseñanzas artísticas generadoras de la disolución de nuestra vida nacional, así como la clausura de las organizaciones que contravengan lo que se expone más arriba.
24. Pedimos la libertad en el seno del Estado de todas las confesiones religiosas, en la medida en que ellas no pongan en peligro su propia existencia o no ofendan el sentimiento moral de la raza germánica. El Partido, en tanto que tal, defiende el punto de vista de un cristianismo positivo, sin ligarse a ninguna denominación determinada. Combate el espíritu materialista en el interior y en el exterior y está convencido de que una recuperación duradera de nuestro pueblo no puede tener éxito más que desde el interior, sobre la base del principio siguiente: el interés general prima sobre el interés particular.
25. Para llevar todo esto a buen término, pedimos la creación de un poder central poderoso, la autoridad absoluta del Comité Político sobre el conjunto del Reich y sus organizaciones, así como la creación de Cámaras Profesionales y de oficinas municipales encargadas del cumplimiento, en los distintos Lander, de las leyes marco promulgadas por el Reich.
Los dirigentes del Partido prometen hacer todo lo posible por la realización de los puntos arriba enumerados, entregando su propia vida por ellos si fuera necesario. Munich, 24 de febrero de 1920.

Habla de un destino manifiesto para Patria, Raza, etc...te hace sentir si te pones en la piel de un alemán, en el inicio de algo maravilloso, poderoso...Tú, alemán de a pie, no tienes la culpa de nada. Las potencias extranjeras, los capitalistas, los judíos, etc, son los responsables de tu desgracia.

Me parece un programa muy débil intelectualmente, pero fortísimo en cuanto a la apelación de los sentimientos.

Sangre, Patria, Raza...una red de malla muy tupida para que no escape pez alguno en las revueltas aguas de un país con el orgullo herido y la economía destruida.